Entre los días 12 y 18 de mayo, Chisinau volvió a acoger una nueva edición del CRONOGRAF, el Festival Internacional de Cine Documental que celebraba su decimotercera edición . Un evento cultural organizado por OWH Studio, entidad moldava que promueve los valores democráticos a través de la cultura y los medios audiovisuales. De su mano ha visto como este año Creative Europe, el programa de la Comisión Europea de apoyo cultural, se fijaba en él para recibir una financiación con la que desarrollar una semana de eventos y pases del séptimo arte

CRONOGRAF se erige desde 2001 como el único festival internacional de cine documental en Moldavia. Su propósito,
Este año, las diferentes producciones cinematográficas se han proyectado en el Teatro Odeon del centro de la capital moldava; en FlatSpace, un espacio libre y abierto donde se han exhibido películas al aire libre; en la Universidad Libre Internacional de Moldavia, en la que tuvieron lugar diferentes mesas redondas , y en el teatro Satiricus, donde se realizaron distintos workshops relacionados con el cine.
La labor de promoción de CRONOGRAF en las redes sociales y realizar un flashmob llevado a cabo por distintos voluntarios para dar a conocer la XIII edición del festival ha ayudado a que la afluencia de público haya sido superior al año anterior. Todo ello gracias también a un gran equipo de voluntarios que altruistamente ha trabajado día y noche para decorar el Teatro Odeon y transformarlo en una auténtica alfombra roja.
Una edición dedicada a las mujeres
Cincuenta producciones de veinticinco países distintos han participado en el CRONOGRAF. Una gala en la que ha destacado el trabajo hecho por mujeres, sobre mujeres y con mujeres, como la ganadora de la presente edición, Starless Dreams (Mehrdad Oksouei, 2016). El largometraje iraní ya pasó por otros festivales de renombre como la Berlinale. Se trata de un retrato intimista sobre seis adolescentes iraníes encerradas en un correccional femenino. Para el jurado, presidido por la cineasta Ana-Felicia Scultenicu, fue suficiente para consagrarla con el premio a la Mejor película, el de Mejor fotografía y el distintivo al filme enfocado en los derechos de las mujeres.
Por su parte, The Domino Effect (Elwira Nieiwira y Piotr Rosolokowski, 2014), se llevó el premio a la Mejor dirección. Este largo, coproducción polaco-alemana, está ambientado en la región no reconocida de Abjasia, en Georgia. Allí se desarrolla una historia de amor entre Rafael, el Ministro de Deportes, y su esposa, una cantante de ópera rusa que no se siente bienvenida en una zona marcada por la guerra y el nacionalismo.

Asimismo, el certamen quiso reconocer a la israelí Mr. Gaga (Tomer Heymann, 2015) con el Premio especial del jurado. El documental aborda la importancia de perseguir los sueños y convicciones en el mundo del baile, centrándose en la vida del célebre bailarín y coreógrafo Ohad Naharin, director de la compañía Batsheva de danza.
En la sección de producción local, dedicada a impulsar la industria cinematográfica de Moldavia, la ganadora fue Nu am moarte, cu tine nimic (Muerte, yo contigo no tengo nada) de Olga Lucovnicova. En este trabajo la autora realiza un poema cinematográfico combinando imágenes, música y versos de Grigore Vieru para representar la fiesta de Pascua en los cementerios del país a través de los ritos ortodoxos.
La sección cadRO está dedicada a autores rumanos y extranjeros que plasman en sus trabajos cinematográficos a la comunidad rumana y sus minorías, siendo única en comparación a otros festivales de cine. Ofrece además una visión general de la vida y el destino de aquellos que se hacen llamar rumanos. La ganadora de esta sección fue Salbatic (Salvaje) (Dan Curean, Rumanía-Holanda, 2014), trabajo que explora la vida de un pueblo a través de Iván, un aldeano, y su caballo, ambos con sed de libertad.
CRONOGRAF 2016, cine de compromiso y sin barreras
La asistencia al festival de la actriz rumana Cristina Flutur, que ya fue galardonada en 2012 con la Palma de Oro en Cannes por su trabajo en Más allá de las colinas (Cristian Mungiu) causó gran expectación. Fue, además, la encargada de conducir el taller sobre Actuación Cinematográfica y de presentar, junto al director moldavo Pavel Cuzuioc, el cortometraje Raisa. La pieza trata la historia de una mujer que viajaba a través de la ciudad en busca de algo que cambiara su vida. Un corto muy aclamado por los espectadores del festival.

Otro tema que se ha tratado durante esta semana del cine fue la educación de los niños a través de las películas. En esta edición, se ha abierto CRONOGRAF Junior, sección especial con películas dedicadas a los más pequeños con trabajos en los que se pueden sentir identificados.
Además, una nueva sección Un Like por el Documental, con cortometrajes destinados al público juvenil alzó como ganador al film holandés Play no matter what! (Kim Van Haaster). Es un documental que plasma la hastiada realidad de unos niños rumanos en un pequeño pueblo hasta que llegan unos extranjeros a transformar una escuela abandonada, donde aprenderán que jugar es el mejor método de estudio.
El festival no se ciñó a las proyecciones, ya que fue posible asistir a diversas masterclass, como la que llevó a cabo el director rumano Andrei Dascalescu sobre el documental independiente. Dascalescu es conocido por su trabajo Constantin y Elena (2009), un retrato personal sobre sus abuelos como un longevo matrimonio de 56 años. El director destacó la relevancia de trabajar con sus propios recursos, sin depender de otros. Afirma sobre ello que: “cuando se trata de tu propio proyecto e intentas financiarlo, entonces el documental es independiente”. El próximo proyecto Dascalescu, Planeta Petrila, está enfocado en el cierre de las minas Petrila y cómo muere lentamente la ciudad minera. Será cofinanciando por la HBO y estrenado a finales de 2016.
Ahora en su decimotercera edición, CRONOGRAF goza de una buena repercusión internacional, especialmente en el Sudeste de Europa, instituyéndose como uno de los eventos del séptimo arte más relevantes de la zona balcánica. Año tras año aumenta el número de películas preseleccionadas, prueba de que CRONOGRAF intriga cada vez más a cineastas y actores del resto del mundo. Un festival de interferencias culturales, un lugar donde el Este se reúne con el Oeste, donde se da voz a las minorías, donde se reconoce el rol de la mujer como sujeto activo en el cine y donde se lucha por cambiar el mundo impulsando la educación a través del cine.