Néstor López: “En una situación extrema la creatividad se te dispara”

Antiguo socio 655 del videoclub de su pueblo en León, donde afirma que “alquilaba una película por día”, el cineasta Néstor López todavía guarda en su retina la imagen de Mel Gibson gritando “libertad” o a Chaplin cayendo al precipicio en La Quimera Del Oro. Llegó a Madrid con 19 años para dedicarse a su sueño, pero la crisis económica seguía azotando con fuerza en aquel entonces.

“Cuando llegué a Madrid vivía en un piso patera, con 6 personas más. Me apunté a una escuela de cine, aunque la crisis afectó a mi familia y el dinero se fue acabando… Durante 16 días viví con 26 céntimos en el bolsillo. Una barra de pan costaba 35 céntimos, aproximadamente, en el Mercadona. Algunos días ni comía ni cenaba, básicamente, porque no era capaz de contar abiertamente lo que ocurría”. Lejos de adoptar un tono compasivo, concluye con una breve sonrisa, algo socarrona: “el caso es que ahora no lo veo tan trágico, nunca me gasté esos 26 céntimos”.

Si algo tuvo claro durante su estancia en la capital es que la opción de dedicarse a otra cosa “no existía, porque en el momento que se baraja esa alternativa, caes”. Fue así como, viviendo en casa una amiga, comenzó a tirar de su creatividad, “en una situación desesperada se te dispara”. También de sus cualidades humorísticas, haciendo monólogos para Paramount Comedy, ahora Central Comedy. “También estuve en teatros, auditorios y hasta en los bares más cochambrosos para poder pagar mi estancia y la escuela, con la que, al borde de la expulsión, tuve que negociar en varias ocasiones. Ahí aprendí una cosa, con la palabra puedes llegar muy lejos, pero tienes que cumplirla”.

Néstor López

Tras ir remontando, poquito a poco, este cinéfilo con mira de cineasta acabó sus estudios y “a puerta fría” empezó a rellenar su lista de contactos. “Cuando me recorría Madrid yo no disponía de cámara ni material. Hacía tratos con gente ‘oye, cada vez que la coja te pago x’. También te das cuenta de que es totalmente exponencial, un contacto te lleva a dos, dos a tres…Y ahí que mimarlos, no es solo quedar, cerrar un acuerdo y ya. Es conocerlos, conocer que es lo que realmente necesitan”, explica.

El camino de la industria española

Después de echar varios currículums y llegar a la conclusión de “si no te llama nadie, llámate a ti mismo”, fundó Filmakers Monkeys, una productora especializada en branded content con la que ha trabajado con marcas como Netflix, Coca Cola o artistas como Malú. Con ella se encuentra preparando su primer largometraje de ficción sobre la crisis financiera, el único que trataría directamente el tema hasta el momento, además de otro proyecto titulado The Peace Shooter, una serie documental junto a Carlos Valle y conducida por el fotógrafo Pepe Castro. En cada capítulo será coronado por un Nobel de la Paz reflexionando sobre distintos conflictos bélicos. Por el momento ya han inmortalizado a cinco premiados: Adolfo Pérez Esquivel, Óscar Arias Sánchez, Rigoberta Menchú, Juan Manuel Santos y Jody Williams.

Entre cervezas en Sol y charlando sobre subvenciones, industria cinematográfica nacional y sus dificultades López apela a que “sí existe industria, la hay, de verdad, solo que es un camino muy complicado. Eso hay que saberlo”. Al mismo tiempo asegura que “a la hora de solicitar subvenciones si te piden garantía o saber que puedes llegar a x números es, simplemente, porque tienen que estar seguros de que puede haber retorno, que no van a perder dinero”.

Néstor López
Néstor López

Sobre qué opinión le sugieren las críticas que suele recibir J.A Bayona por sus negocio-películas”, responde: “criticar a alguien porque tiene la oportunidad de hacer algo y lo hace es absurdo. Si la tienes genial, es complementario a ser válido. Y si además te llama Spielberg para dirigir Jurassic World 2 y tu equipo es español, bravo”, indica contundente.

Gracias a la persistencia, Néstor López ha desarrollado una visión emprendedora, que le permite no solo crear historias, sino vivirlas.