En 1908, en Estados Unidos, se crea The Motion Picture Patents Company (MPPC) integrada por las principales empresas y proveedores cinematográficos de la época y encabezada por Thomas Edison, el cual, basándose en la tendencia capitalista que la Segunda Revolución Industrial había dejado, quiso controlar el negocio del cine como si la patente fuese suya.

Un empleado de Edison, William K. Dickson, inventó el kinetofonógrafo, un aparato que sincronizaba las fotografías en movimiento con el sonido de un fonógrafo. A partir de este diseño, Edison patentó hasta el sistema de perforaciones que desplaza la película. Esto significó que toda cámara de cine que estuviera rodando en Estados Unidos necesitaba el permiso de Edison para funcionar, quien llegó a contratar agentes para que recorrieran los estudios, laboratorios y otros lugares en busca de máquinas no patentadas. Se creó así el primer monopolio de industria cinematográfica, radicado en Nueva York, la meca del cine mudo a principios de siglo.
Los piratas de Hollywood
Desafiando a Edison y a la MPPC surge un grupo de independientes que deciden ignorar el monopolio y comienzan a hacer cine por su cuenta. No pagaban royalties por las patentes ni pedían permiso para crear cine. Fabricaban los equipos o los conseguían en el mercado negro y mantenían su propia red de distribución.
Huyeron de Edison, sus abogados y Nueva York hacia la costa Oeste, llegando hasta Los Ángeles. Se instalaron en unos terrenos abandonados, beneficiándose de la climatología y de la dinámica de concentración empresarial. Así nació Hollywood. Los independientes acabaron ganando una ley antimonopolio que impedía que la MPPC les cobrara por hacer cine.
Cine clásico de Hollywood
Con esta lucha entre la MPPC y los independientes surge el cine clásico de Hollywood, lo cual lleva a la diferenciación en el cine, al deseo de hacer películas diferentes los unos de los otros.

Los independientes crean el rollo de película múltiple, dando lugar a los largometrajes. Anteriormente se habían hecho películas de solo 4 o 5 minutos, pero los independientes dotan de prioridad absoluta al largometraje. Además, por primera vez comienzan a crear películas con una trama cerrada, con un final.
Los independientes le daban importancia a la promoción cinematográfica, creando carteles, folletos y, lo más importante, el star system (sistema de estrellato) con el fin de difundir una imagen idealizada y de explotar al máximo su rentabilidad. Los productores comenzaron a preocuparse más por la selección de los actores y actrices y era común difundir biografías ficticias a fin de captar la audiencia. Sus vidas íntimas, bodas, divorcios, escándalos… Se convierte en un producto que los fans consumen y que las revistas y la publicidad se encargan de distribuir.
Con esto se consolidaron los géneros cinematográficos, el método de dividir las películas en grupos formados por aquellas que comparten similitudes entre sí. Y además, crean la estructura cinematográfica de tres actos: planteamiento, desarrollo y desenlace. Las películas comienzan a tener un sentido narrativo.
Los independientes acabaron convirtiéndose en las cinco grandes conocidas como majors: Paramount, Metro-Goldwyn-Mayer, 20th Century Fox, Warner Bros y RKO.