Claves básicas sobre el oficio del periodismo: cada mesa, un Vietnam

Que nadie nace sabiendo es algo que todo el mundo debería saber. Y que la experiencia es mejor maestro que cualquier manual, también. De poco sirve, la mayoría de las veces, tener títulos y haber realizado un sinfín de cursos, si luego todo lo aprendido no es llevado a la práctica.

Para ser un buen periodista no hay un manual. No hay tampoco una serie de metas que se deban alcanzar para ser el idealizado profesional que muchos tienen en mente. Todo lo contrario. Uno tiene que aprender equivocándose. Con Cada mesa, un Vietnam el lector aprende con la voz de la experiencia.

Un libro de periodismo escrito por periodistas curtidos en mil y una batallas. Algunos de sus autores han sido más de mesa que de Vietnam, pero está claro que todos han tenido un único fin: comunicar.

¿Qué se necesita para ser un buen periodista? ¿Qué es una noticia? O, mejor dicho, ¿cómo se convierte algo en noticia? Preguntas que muchos se han hecho alguna vez. Lo cierto es que no hay una fórmula secreta del éxito, ni X pasos a seguir. Pero sí muy buenos consejos recogidos y seleccionados por Enric González y editados por JotDown Books. En este artículo se recogen algunos de ellos. Veamos cuáles son las claves básicas sobre el oficio del periodismo.

Conoce el campo: la revolución de Internet

Conocer el medio es algo vital. El periodismo, tal y como se conocía hasta ahora, ha sufrido una revolución. Ha empezado la era del periodismo digital. Un tipo nuevo de comunicación masiva que, parece, ha llegado para quedarse. Un hecho que viene cogido de la mano de tantas cosas negativas, como positivas. Conocer este nuevo contexto es esencial.

De toda la vida, incluso puede que los más ancianos del núcleo familiar lo hagan todavía, uno se levantaba por la mañana y bajaba a comprar el periódico. Como dice Bastenier, estos serán “menos que ayer, pero más que mañana”. La era Internet ha afectado directamente a la forma de comunicar. El periodismo digital ofrece muchas ventajas. Información casi al instante, de relativa buena calidad, y lo que es más importante: gratis. A solo un clic, tienes todas las noticias.

Estética como moral.

En periodismo no solo es importante lo qué se dice, sino también cómo se dice. Y es que la estética llega a ser la representante de una moral. A través de ella se llega al lector. Saber cómo llegar, cómo dejar huella, es una de las misiones del periodista. En palabras de Leila Guerriero:

“Las estadísticas importan, los datos importan, los detalles técnicos importan, pero si queremos que esas estadísticas y esos datos y esos detalles técnicos cuenten una historia que deje, en los lectores, el rastro que deja un texto inolvidable, hay que huir de las miradas burocráticas y de las prosas embalsamadas.”

Un as en la manga: el efecto sorpresa.

El buen periodista siempre está al acecho de la buena noticia. Una mirada crítica con la que buscar la idea que dé pie a un artículo que atraiga a los lectores. Algo vital en el gran escaparate publicitario que es Internet. Resumir la noticia en un breve texto que sorprenda y capte toda la atención del lector parece fácil pero no lo es. Una de las batallas más peligrosas y en la que muchos fracasan. Saber publicitarse es incluso tan importante como saber escribir.

Las armas

La mejor arma de un periodista es conocer las características de los géneros que lo conforman. El buen periodista debe de entender bien lo que quiere contar, para que la explicación sea la adecuada y no aburra. Y es que una de las cosas que se debe de tener en cuenta, es que nunca se puede saber a quién te diriges, ni, por lo tanto, lo que uno puede dar por hecho que es conocido por el receptor.

Una de las claves es la formación continua. No sólo en el ámbito periodístico, sino en un ámbito en general. Internet condiciona y mucho. Se vive en una era en la que todos debemos de conocer todo básicamente porque se tiene acceso a un sinfín de información. El punto de partida ya no es una titulación.

Está claro que no todos los géneros son iguales. No es lo mismo la entrevista que el periodismo deportivo.

Menos es más.

Hacer atractivo el texto, ya se sabe que es esencial. Para ello, la fotografía es una fiel compañera. Las imágenes deben de ser cuidadas y acordes a lo que se está contando. El fotoperiodismo tiene más de Vietnam que de mesa. Un trabajo de valientes, de los de estar en primera fila y tener el conflicto a dos palmos de narices.

Manu Bravo, galardonado con el premio Pulitzer por su cobertura en la Guerra de Siria, lo deja bien claro. Una naturalidad que bien podría ser desmotivadora, pero que causa el efecto contrario:

“(…) este oficio es una gilipollez. La gilipollez más grande del mundo. También la más hermosa.”

El periodismo también se entiende, ya no solo como oficio, sino como una forma de vida. Quizás algo obsesiva, siempre detrás de la historia que ocupe la primera plana y sin caer en el sensacionalismo. Jugarte la vida en cada disparo.

Periodismo como opinión

La narración de una historia debe de ser objetiva. La opinión del periodista no debe de dejarse leer entre líneas. Ante todo, uno debe de ser un buen tipo e informar sin influir. O, en otras palabras, contar la verdad y nada más que la verdad. Sin embargo, tal y como afirma Arcadi Espada, “lo primero en el periodismo fue, paradójicamente, la opinión.”. Cierto es que para que una noticia entre a formar parte del periódico, la condición es la opinión o corriente de pensamiento del periódico.

“La visión de un periódico entregado a una causa no resulta nunca agradable, porque en el imaginario colectivo un periódico moderno todavía representa el lugar donde todas las opiniones se expresan”

Arcadi Espada

La práctica hace al maestro

La mayoría de los consejos que conforman el libro provienen de la voz de la experiencia. Algo que ningún título universitario puede dar. Es inevitable no pensar en el tema controversial de la intrusión profesional. A veces, parece que sea más importante tener un título que los conocimientos y la experiencia. El dicho “la práctica hace al maestro” queda totalmente vacío de sentido en profesiones como la del periodista, si uno se ciñe a las exigencias del mundo actual y de los planes de estudio. Para conocer la batalla, hay que ser soldado primero.

Cada mesa, un Vietnam: sobre el oficio del periodismo no es que sea un libro recomendado. Es un libro esencial para los curiosos del oficio y los propios profesionales que lo ejercen. Así que, prepara tu casco, y adelante soldado que, con este libro, la batalla está casi ganada.