Zdob si zdub, o el optimismo postsoviético

Cuando pensamos en la música de Europa del Este y, en concreto, en aquella de Moldavia, nos suele venir a la mente el grupo más famoso que ha traído ese país, O-Zone con su Dragostea din tei y melodías basadas en semicorcheas acompañadas del acordeón y voces de autotune propias del eurodance.

Sin embargo, es en Zdob și Zdub  donde encontramos la esencia de lo ecléctico, ya que el grupo realiza una música difícil de categorizar, pero que ellos mismos denominan Hardcore Moldovenesc, siendo además el título de su primer LP, publicado en 1997, y cuyo tema homónimo se convirtió en su tarjeta de visita. Hip hop, punk, ska, flamenco y música tradicional moldava representan la miriada de influencias musicales que el grupo presenta en cada una de sus canciones. Todo ello aderezado con letras cómicas, sarcásticas y críticas hacia el gobierno y la sociedad moldavas.

Con motivo de la llegada de la primavera, festividad que se celebra en el Este de Europa el primero de marzo y que en Moldavia recibe el nombre de Mărțișor, el pasado 28 de febrero congregaron a cientos de personas en Chisinau, en la sala Atrium, con el propósito de cantar sus mejores temas.

zdobsizdub4ZDOB SI ZDUB: CANTANDO POR LA LIBERTAD

Roman Yagupov dio comienzo al concierto entonando Moldovenii s-a nascut, una oda a todos los jóvenes moldavos que se han visto forzados a emigrar al extranjero en busca de un futuro mejor. Con más temas de su último LP Basta Mafia!, publicado en 2012 entonaron Trece Vremea Omului, prosiguiendo con el lamento hacia unas libertades prometidas que nunca llegaron tras la caída del telón de acero. Ya entonces el público se levantó y saltó con Hardcore Moldovenesc, donde retornaron a sus raíces más duras, hito que se convirtió en el himno de una juventud moldava inconformista.

Una juventud que constituye la primera generación de jóvenes que crecen sin la seguridad que proporcionaba el sistema soviético, sin encontrar nada que lo haya reemplazado. Por ello, Zdob și Zdub en Buna dimineata, evocan al agro romanticismo en la época de la Unión Soviética, lo que el grupo describe como “el retorno a la juventud y las granjas colectivas” tal y como representan en el videoclip. Así, confirmarían la creación de un estilo (a añadir a los que ya manejan) definido como agrorock

Con más temas de Agroromantica, disco publicado en 2001, continuaron el concierto. Llegaron el turno de las baladas, la primera fue Doina haiducului, dedicada a los Hajduk, el equivalente en el Este de Europa de la figura de Robin Hood representada, en esta canción, por una mujer. Prosiguieron con más temas en pos de la exaltación femenina con Draga Otee, balada romántica que dio el punto conmovedor a la noche.

Videli Noci, supuso el encumbramiento de optimismo, ya presente en todo el concierto,  Durante la segunda mitad, añadieron más tinte de folclore moldavo con el tema Dj Vasile, canción que mezcla rock, la ocarina y las voces de las hermanas Osoianu como muestra de la autenticidad que siempre han buscado como banda. Ya, para terminar dijeron adiós al invierno con Primavara, tema sencillo, sin ostentaciones, cantando, como dice el título, por y para la primavera.

A través de grandes saltos, acrobacias, bailes e improvisaciones, como la que realizó el trompetista Victor Dandeş , la banda se desenvolvió con soltura en el escenario. Un total de 90 minutos de concierto que incluyó, como decían en el cartel, los mejores temas de la banda y que han hecho bailar a toda una generación. Generación que se debate entre escapar o continuar junto a la lenta debacle que sufre día tras día el pueblo que los vio nacer: Moldavia, eso sí, siempre con un toque de optimismo.

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