En los últimos años el componente visual de gran parte de los espectáculos musicales ha crecido hasta posicionarse como uno de los elementos principales de festivales y shows en vivo, siendo en la electrónica donde se ha visto más explotado.
Cada festival lucha cada año codo con codo con la competencia y con las ediciones pasadas de ellos mismos por lograr macro-estructuras de gran impacto visual. Un ejemplo extremo de éstas innovaciones tecnológicas es el escenario principal del Ultra Music Festival de Miami 2016, cuyo presupuesto ha superado a cualquiera del total de escenarios de cada uno de los años anteriores.

Todos estos proyectos están compuestos por un equipo de ingenieros, arquitectos y diseñadores gráficos que se encargan de las diferentes partes de la obra, tales como estructura, sonido, iluminación, artificios pirotécnicos y proyecciones visuales.
Los propios artistas o protagonistas de los actos también han tomado parte en la personalización de su puesta en escena. Y es en las proyecciones visuales donde se han volcado gran parte de ellos. Una pantalla, un plano, que cobra vida generando espacios virtuales como forma de materializar las obras musicales y de acercar al público no solo a la experimentación auditiva, sino también a la visual.
Todo equipo puede estar formado por las diferentes herramientas de producción musical y también por otra gran diversidad de softwares mediante los cuales pincelan éstos lienzos contemporáneos.
Luz y perspectiva
Con el sonido de la pieza musical como batuta de las creaciones, los elementos que las acercan al medio material definiendo el espacio diseñado son la luz y el uso de la perspectiva. Ésta última es una técnica de vital importancia ya que transforma la representación de la realidad. Posee una gran potencia ilusoria que afecta al modo en el que el espectador percibe el entorno. La unidad del conjunto encubre el plano original generando una ventana a un nuevo espacio y consiguiendo dar múltiples visiones de un mismo medio.
Hay varias referencias históricas relacionadas con éstas intenciones. Como las imágenes proyectadas por los hermanos Lumiere en 1890 en las que la perspectiva de un tren dirigiéndose directamente hacia el público causaba un gran alboroto por entonces dando la impresión de que saldría de la pantalla. Otro ejemplo son las manifestaciones artísticas durante el Renacimiento como el trampantojo, con el que fingían espacios inexistentes en paredes y techos de los edificios. La modulación ficticia mediante la simbiosis entre el fondo y el primer plano busca engañar al ojo humano.

Maestros de las producciones audiovisuales
Son ya bastantes los productores musicales que se han unido a especialistas para trabajar en un proyecto y formar un espectáculo en vivo único donde el factor visual es indispensable. Incluso ha llegado a ser la seña de identidad de alguno de ellos. No obstante son pocos, por no decir ninguno, los que no hacen aún uso de este tipo de decorados, aunque sea de menor complejidad, en los distintos escenarios por los que pasan.
Uno de los resultados más espectaculares es el ISAM del brasileño AmonTobin. El escenario está conformado por múltiples cubos que se fusionan con la posición del artista. Las imágenes son consecuencia de lo sonoro pero lo más importante recae en el impacto visual.
Otro es Eric Prydz con Epic 4.0, que se trata de un gran cubo con las cuatro paredes en pleno funcionamiento con él en su interior. Un gran equipo de personas se ha encargado de la creación y control durante el directo.
Grandes multinacionales también han hecho uso de éstos recursos para promocionar sus productos. Hasta el punto de utilizar el rascacielos Millbank de Londres con Joel Zimmerman,aka Deadmau5, a la cabeza. Además existen empresas enteramente aplicadas al desarrollo y servicio de éste género.
La evolución del campo ha avanzado más allá de la temática festiva de forma paralela. Se pueden ver eventos y artistas dedicados a la experimentación, innovación y estudio del campo.Un ejemplo es el Laboratorio de Electrónica Visual, o L.E.V., de Gijón, las obras del destacado artista japonés RyojiIkeda, quien incorpora el trabajo con el tiempo y las matemáticas, o el festival MIRA de Barcelona.

La colisión entre el arte y tecnología forma parte desde hace tiempo de la cultura, pudiendo abarcar la vanguardia contemporánea desde diversos puntos de vista. Los protagonistas se han preocupado por volcar sus trabajos a todo tipo de públicos siempre con la luz, el espacio y el sonido como herramientas de modelación.