Poetas en el fango
A_104. || Leonid Ll

Poetas en el fango: recensión norteamericana II

Hablar de poesía en los albores de 2017 conlleva armarse de paciencia y suspicacia. Dicha recomendación no surge de la noche a la mañana. De forma paulatina, el género lírico ha experimentado una aparente perdida de estatus durante estos años. Las razones son varias. Por un lado, la liberalización del medio escrito. Los ripios que, años atrás, ocupaban quiebros ocultos del cuaderno ahora están sujetos a la voraz crítica del big data. Por otro lado, la pérdida de notoriedad en detrimento de otros géneros. Es por ello que, en vez de sonetos, se leen titulares en la madrugada de los vagones.

Sin embargo, y como muchas cosas en esta vida, hay poetas y poetas. Los ha habido de salón. Los ha habido de fango. En este último segmento pueden situarse tanto autores como estilos contemporáneos. Una poesía fría y distante, al margen de oníricas estampas. Versos escuetos cual telegrama. La estela de Truman Capote envuelta en una estructura de cuarteto con rima libre.

Poetas en el fango Arte literatura
A_104. || Fuente: Leonid Ll

Poetas en el fango, imposible de decir

Hablar de poetas en el fango es hablar de Robert Pinsky. Es hablar de la crónica enfermiza de Donald Hall. Es hablar del pragmatismo de Billy Collins. Entre otros muchos autores, la lista se sucede al mismo ritmo que las crónicas de guerra. La poesía de fango, de igual modo, ha conseguido su meritorio reconocimiento. Es el caso del premio Pulitzer de poesía, considerado un galardón de cierto pedigrí en Estados Unidos para crítico y público.

Charles Simic es uno entre tantos nombres propios. Nació en Belgrado en 1938. Ni el mejor momento ni el mejor lugar. Sufrió en sus propias carnes el fango de la Segunda Guerra Mundial. Emigró a Estados Unidos en 1954 y asistió a la Universidad de Nueva York. Fue allí donde comenzó a forjar sus escritos en un aura minimalista. Entre sus temas predilectos destacaban la música jazz, el insomnio y la soledad. Simic consiguió el Pulitzer en 1990 por su obra El mundo no se acaba. Ha cultivado a lo largo de su carrera, asimismo, otros registros como el ensayo filosófico.

La única casa que tú y yo tuvimos.
No mayor que una caja de cerillas
-o vasta como el cielo constelado-
y contigo como único inquilino,
feliz de tener pulga que rascarse
mientras se pone a recordar la noche
en que oyó que llamaban a la puerta.

Rita Dove y Robert Pinsky
Rita Dove y Robert Pinsky. || Fuente: Sara Holliday

Robert Pinsky, a pesar de la fama indebida de aparecer en Los Simpson, arrastra tras de sí el fango de segunda mitad de siglo. Nació en 1940 en Nueva Jersey. Da clases en la Universidad de Boston y participa como editor en la revista Slate. Tras diecinueve libros, su poesía enjaula el pasado más presente de la gran urbe, como puede apreciarse en estos versos de su poema La ciudad:

Vivo en la pequeña aldea del presente
pero últimamente ya no sé cómo se llaman mis vecinos.
Más y más a menudo paso mis días en la Ciudad:

la gran metrópolis en la que puedo tener la esperanza
de vislumbrar imponentes espíritus cruzando la calle,
almas resistentes como la cucaracha y el pez pulmonado.

Economía lírica con Billy Collins

Una de sus iniciativas más interesantes bebe de la influencia del mencionado pragmatismo del poeta Billy Collins. Este neoyorquino, asentado en el Bronx entre clases de literatura inglesa, goza de un merecido prestigio por su innovador estilo. Ello lo hace partiendo de una claridad formal y constructiva total. Esto es, una poesía fácilmente comprensible a nivel lingüístico al margen de sujeciones métricas. El resultado es un relato en prosa tildado de «hospitalario», según el propio artista. Collins es un gran admirador de la poesía, los poetas en el fango. Dicho amor es fruto de la influencia de poetas como Reed Whittemore o Howard Nemerov.

El perro de los vecinos no va a dejar de ladrar.
Cierro todas las ventanas de la casa
y pongo una sinfonía de Beethoven a todo volumen
mas aún puedo oírlo amortiguado a través de la música,
ladrando, ladrando, ladrando,

poetas en el fango Matthew Henry
Fotografía de Matthew Henry.

Los anteriores eran apenas unos escuetos nombres que consiguen plasmar otra imagen de la poesía actual. No como divertimento burgués en el que prima la imagen más onírica y pomposa. Al contrario. Una poesía combativa, a pesar de lo escueto de su trazo. Poetas en el fango. Una forma magistral de plasmar la actualidad en el mundo exterior. Una forma magistral de sentir el fango que pisan los pies del hombre de hoy. Un hombre que vino de la mano de Ezra Pound y T.S. Eliot.

Juan Ramón Rodríguez

Músico a tiempo parcial. Escritor en los días de fiesta. Sé leer y escribir, mal que pese.