Si en el primer artículo explicamos la lógica del Game of Life de Conway, en éste que lees ahora miraremos de cerca algunas de las formas de vida que emergen dentro de él. Recuerda que estas formas de vida surgen de la aplicación de las cuatro reglas ya explicadas a cada nuevo estado del juego, partiendo de un estado inicial creado por nosotros.
Las formas de vida o patrones emergentes se dividen en tres tipos: vidas estáticas, osciladores y naves espaciales. Como bien puedes deducir de los nombres, las vidas estáticas son patrones que no cambian de una generación a la siguiente. Por su estructura interna, suponiendo siempre que no hay colisiones con otras formas de vida, se mantienen estables en el curso de los turnos.


Los osciladores son patrones que, tras un número finito de generaciones, retornan a su estado original. Un oscilador que tarda dos generaciones en volver a su estado original es un oscilador de dos periodos (como el blinker). En este link tienes una lista detallada de todos los osciladores conocidos en el Juego de la Vida junto con el nombre de sus descubridores. El pentadecatlón, descubierto por el propio Conway, es un bonito oscilador de 15 periodos:

Las naves espaciales son, sin duda, los patrones más fascinantes del Game of Life (diría enigmáticos, pero ¡no existen los enigmas en este mundo!). Definimos las naves espaciales como patrones que, tras un número finito de generaciones, reaparecen con la misma orientación en una posición distinta.

El filósofo norteamericano Daniel Dennett ha escrito abundantemente sobre el Game of Life y ha usado patrones como las naves espaciales para advertir de la tendencia del ser humano a adscribir agencia (en el sentido de voluntad, intención) a objetos que realmente no la tienen. El weekender descubierto por David Epstein puede parecernos, al principio, un objeto con un propósito (moverse hacia delante), pero no es más que el efecto de casillas que viven y mueren según las cuatro reglas que conocemos. Este mismo filósofo ha recurrido al Game of Life para explicar (por analogía) el fenómeno evolutivo o incluso la aparición de la consciencia.

Los aficionados del Game of Life han descubierto y descrito, entre otras cosas, el comportamiento de los 12 pentominós posibles. Un pentominó es una forma geométrica formada por 5 cuadrados unidos por sus lados. Si dibujas cada uno de los pentominós en el Game of Life, verás que algunos acaban desapareciendo, otros se convierten en formas estáticas, y otros en osciladores. Uno de ellos (F en la imagen), sin embargo, destaca sobre todos los demás. Es el R-pentominó. El R-pentominó es clasificado dentro de los patrones de tipo ‘Matusalén’, y no hace falta explicar por qué. Tarda nada más y nada menos que 1103 generaciones en estabilizarse, produciendo por el camino 8 bloques, 6 deslizadores (gliders), 4 avisperos (beehives), 4 intermitentes (blinkers), 1 barco (boat), 1 ‘rebanada de pan’ (loaf) y una nave (ship). Puedes observar el proceso en este vídeo:
Lo más perturbador, si se quiere, del Game of Life es el hecho de que, a pesar de conocer sus reglas (¡las diseñó un hombre!), no podemos conocer todas las maravillosas estructuras que éstas son capaces de generar. Tenemos que conformarnos con descubrirlas o crearlas nosotros mismos. Si una estructura me quita el hipo, ésa es Gemini, descubierta en 2010 por Andrew Wade. Gemini es una estructura capaz de autoreplicarse y destruir a su progenitor cada 33 millones de generaciones. Por si fuera poco, es una nave espacial que no se desplaza ni ortogonal ni diagonalmente.
Terminamos esta pequeña aventura con Caterpillar, la mayor estructura creada en Game of Life. Fue construida por varios estudiosos y anunciada en 2004. Caterpillar es una nave espacial de 11.880.063 casillas vivas que viaja verticalmente 17 casillas cada 45 generaciones (17c/45):