Al pronunciar la mágica palabra “casa” en la mente de cada lector se asomará su visión particular acerca de este concepto. Casas con chimenea y mullido sofá, casa con arbolito y ventanas acristaladas método Paint, casa minimalista o casa egocéntrica con coloridos autorretratos al más puro estilo Andy Warhol.
Pero hay otras versiones de casa, mucho más espeluznante que la que viene a la mente, como casas donde duermen brujas, psicópatas asesinos, taxidermistas siniestros y despiadadas abuelas. Ejemplo de ello es la novela gótica por antonomasia, The haunting of Hill House publicada en 1959 por Shirley Jackson:
“Ningún organismo viviente puede seguir existiendo durante mucho tiempo en la realidad absoluta sin perder la razón; hay quien supone que incluso las alondras y las cigarras sueñan. Hill House, un lugar que nadie asociaría a la cordura, se erguía sola sobre sus colinas reteniendo dentro de sí la oscuridad (…) cualquier cosa que por allí apareciera, aparecía sola.”
La casa donde duermen las brujas
Imagen de Hansel y Gretel y la famosa casita. || proyectofreak.com
En la literatura muchas veces la imagen de las casas se aleja del patrón de Ikea y hasta del consabido fuego con perrito fluffy. Como muestra una de las más famosas y terroríficas casas de la Historia de la Literatura que ha llegado hasta el 2016 conservando su acaramelado aspecto: la casa de la bruja de Hansel y Gretel.
La lúgubre historia de tan afamado cuento da inicio con la lamentable y descarnada decisión de los padres de Hansel y Gretel. Estos deben deshacerse de sus hijos para así ahorrarse dos bocas que alimentar y poder sobrevivir con el poco dinero que gana el pater familias.
Detrás del chocolate y los dulces de la atractiva casa se halla un turbio personaje, la bruja caníbal devoradora de niños. Como pavos cuya misión en la vida es rellenar los bocadillos de la merienda, la pareja de hermanos es cebada por la bruja a base de bollos para así lograr que sus cuerpos queden más “tiernecitos”.
La casa donde duermen Hitchcock y Hopper
Existe una casa en lienzo que inspiró el tenebroso escenario de la gran película Psicosis del británico Alfred Hitchcock. El director se encargó de introducir en el cuadro un personaje que estuviera a la altura de la siniestralidad de esas paredes. Este personaje se llama Norman Bates.

La ambiciosa Marion Crane planea escapar con un buen fajo de billetes robado de la empresa en donde trabaja. Tras un largo viaje determina que es necesaria una noche de asueto con la mala suerte de toparse con el hostal y luego la casa de Norman Bates. El final de la película ofrece una soberbia escena en donde queda claro al espectador que será mejor no penetrar jamás en el angustioso hogar del taxidermista Bates.
Una verdadera lástima que el actor Anthony Perkins se quedara encasillado en ese papel. Su magistral modo de abordar el personaje solo le trajo como resultado una infinita cantidad de ofertas para seguir interpretando asesinos psicópatas.
La casa donde duerme Poe
El popular relato gótico “La caída de la casa Usher” de Edgar Allan Poe se publicó por primera vez en 1839 en la revista Burton’s Gentleman Magazine. Es este una de sus muchas narraciones extraordinarias, aunque el autor no solo escribió cuentos que le han hecho ser prácticamente inmortal a lo largo de los siglos, sino que también firmó delicados y bellos poemas.
Para aquellos que no estén familiarizados con el cuento, se trata de una narración extensa y plagada de referencias literarias: citas, poemas y títulos de libros se esparcen por la obra de Poe.

El propio autor consideraba este relato uno de los mejores y más logrados de su producción bibliográfica. Solo es superado por Ligeia, la estremecedora historia de la novia muerta que regresa a la vida para atormentar a su amante.
“No sé cómo fue, pero la primera mirada que eché al edificio invadió mi espíritu de un sentimiento de insoportable tristeza”, dice el protagonista al describir el recuerdo de la casa Usher.
De él dijo H. P. Lovecraft: “Antes de Poe, los cultivadores del relato preternatural habían trabajado generalmente a oscuras, sin comprender la base psicológica del atractivo del horror (…) Poe hizo lo que ningún otro había hecho ni poder haber hecho, y a él le debemos el moderno relato de horror en su estado perfeccionado y definitivo”, sentencia.
La casa donde duerme Cortázar
Julio Cortázar descansa en la actualidad en el cementerio de Pére Lachaise junto a su novia y a un pequeño cronopio. Allí se le puede visitar, regar sus flores e incluso depositar en un hueco una carta o el billete de metro que justifique el viaje hecho hasta ese lugar.

Cortázar dio clases magistrales de literatura, recogidas en un muy recomendable volumen, escribió brillantes poemas y fue uno de los maestros de la narrativa breve con sus numerosos relatos y sus universos propios.
Uno de los cuentos que se deben destacar en este artículo es el de “La casa tomada”. En este relato los habitantes de un piso empiezan a sentir que hay algo o alguien que también duerme con ellos, cerca, bajo el mismo techo. Poco a poco la angustia que sienten se transfiere a su comportamiento y acaban por encerrarse en un cuarto, huyendo continuamente de un peligro que mantiene al lector en vilo.
Por supuesto, el lector no sabrá nunca qué tipo de riesgo corren los protagonistas. Cortázar deja el enigma al gusto de cada uno.
La casa donde duermen los locos: Herencia malsana
Denise Mina se basó en “La caída de la casa Usher” para dar forma a su novela gráfica titulada Herencia malsana. Brujas, fantasmas y asesinatos colman la historia que ilustra la escritora de origen escocés.

Las viñetas de personajes sádicos, ambientes macabros y una especie de ruido que hace eco en toda la casa acompañan en armonía a la historia que se desarrolla en las páginas. Ideal para aquellos que no concilien nunca el sueño.
Quizá a partir de este momento, la idea de “casa” que se forma el lector en la mente ya se aleje un poco más de la idealista y colorida del Paint. Puede que se haya cubierto de nubes, vapores grises y ojos ensangrentados contemplando los movimientos del intruso.