¿Puede algo tan voluble, libre e indefinible como el arte llegar a reducirse a lo dogmático? A lo largo de la historia se han visto enfrentadas opiniones para intentar establecer los parámetros que definen una obra de arte. Incluso hoy, hasta el mayor experto en la materia puede hallarse en un momento dado confuso ante esta tradicional disyuntiva porque ¿qué es veraz y qué es falso en el arte?
El arte contemporáneo en Art Madrid’17
En términos generales, interpretar la realidad con una actitud crítica puede ser tachado de irreverente, inapropiado o, incluso, insatisfactorio aunque contribuya al desarrollo de un pensamiento equilibrado y saludable. Se necesitan grandes dosis de valor y honestidad para poner a prueba lo establecido, razonar a partir de lo que conocemos y, sobre todo, desarrollar una conciencia propia. Visitar una feria de arte contemporáneo puede ser una excelente ocasión para preguntarse a uno mismo la opinión que se tiene respecto al arte y en qué basa la actitud que toma habitualmente frente a las obras.
La décimo segunda edición de Art Madrid reunió tanto a artistas consagrados como a otros que se encuentran en las fases iniciales de su trayectoria. Galerías nacionales e internacionales participaban del encuentro, prestando en esta ocasión una especial atención al arte latinoamericano y a los nuevos mercados emergentes. Lo que más caracteriza a esta feria es la riqueza del intercambio que suscita. Su modelo es el de una feria diversa pero abarcable para el visitante con un programa de actividades que aporte dinamismo a la experiencia.
La Galería de Cristal del Palacio de Cibeles, situada en pleno Paseo del Arte, fue el espacio en el que se manifestaron estas premisas. Se trata del antiguo pasaje Ruiz de Alarcón que, tras varias modificaciones, fue cubierto con casi 2000 cristales triangulares que componen la gran bóveda acristalada con geometría irregular y ondulaciones orgánicas. Aquí es precisamente donde se dieron cita un total de 30 galerías españolas pertenecientes a 11 comunidades autónomas, 12 galerías extranjeras y más de 200 artistas contemporáneos. El programa expositivo se compone del Programa General y One Project, comisariado por Carlos Delgado Mayordomo. Este segundo estaba dedicado a ocho artistas que en formato «solo-show» reflexionan sobre la relación entre territorio, desplazamiento e identidad.
Esta edición el artista invitado fue el catalán Josep María Riera y Aragó. El avión presente en Avión azul rueda naranja (2016) se mantiene suspendido en una materia desconocida, detenido frente a la agitación vivida en el pasado siglo. Esta litografía se convierte en la imagen conmemorativa del evento y dialoga con el Programa Paralelo de actividades. A través de charlas, talleres y presentaciones de algunas obras se debatió sobre la tecnología en el arte como herramienta, inspiración, escenario o excusa.
La configuración de Art Madrid’17 dio como resultado el encuentro de artistas con mayor o menor trayectoria bajo el epígrafe común de la calidad. En cada uno de los puntos del recorrido se apreciaron propuestas de un alto grado de exigencia y compromiso, una cuidada selección de obras que representa la variedad de tipologías del arte en la actualidad.
Programa General de Art Madrid’17
A continuación se presentan algunas de las apuestas más destacadas dentro del Programa General:
En la 3 punts Galeria (Barcelona), el artista Gerard Mas sorprende con sus esculturas en madera a escala real. La que la honestidad del material se convierte en un recurso que le añade un carácter propio a las figuras, vinculándolas a su origen orgánico. Un ejemplo de esto lo encontramos en Ornitología (2015), obra de madera de cedro y bronce compuesta por un grupo de cabezas con las que interaccionan unas urracas.

De manera similar, la impresionante obra de Efraïm Rodríguez Castor (2016) en la que la madera construye la figura adaptándose a la forma de la prenda que envuelve al niño. Esta referencia tan próxima a la naturaleza contrasta con el rostro del infante, reflejo de una expresividad conmovedora. En este caso, los trozos de madera de encina, ciprés y nogal se dividen en secciones y permanecen independientes, acumulándose unos sobre otros sin romper la unidad formal.
Dentro del mismo espacio encontramos las pinturas de José Benítez que trasladan al espectador a un universo poblado por seres antropomorfos, más semejantes a insectos que a individuos humanos. Forman colonias en vastos paisajes en los que no existe referencia alguna de civilización, creando composiciones apocalípticas. Tanto el tema como el carácter minucioso de la técnica recuerdan al tratamiento que daban pintores flamencos como Brueghel o el Bosco.
Algo muy diferente respecto a lo anterior es el trabajo de Thierry Guetta, más conocido como Mr. Brainwash. Este artista que comenzó su andadura en el circuito del StreetArt de los Ángeles gracias a Banksy, continúa desarrollando su trabajo en Los Ángeles. También cabe destacar la bellísima pintura hiperrealista Lina (2009) de Koshi Takagi, cuya intimidad aproxima al espectador a la particular realidad de su protagonista.
En la BAT Alberto Cornejo, José Ramón Lozano sorprende con la frescura y expresividad de sus retratos de gran formato en los se reconocen algunas de las más famosas celebridades del pasado y la actualidad. Su talento artístico se une a una dualidad acerca de estos iconos de la moda y el cine, la verdadera personalidad de las retratadas que muchas veces subyace tras la imagen pública.

Más adelante, resulta imposible no detenerse con asombro frente al conjunto de esculturas que la Galería Arancha Osoro trae desde Oviedo: las estudiadísimas figuras de Kiko Miyares. Se trata de un grupo escultórico realizado entre el 2016 y el 2017, en el que la deformación de las figuras se basa en la acumulación de líneas horizontales en contraposición a las piezas verticales. Un trabajo magnífico en el que el dinamismo y el contraste entre los volúmenes resultan impresionantes en primera persona.

Norberto Gil articula espacios perfectamente definidos a través de la síntesis en sus pinturas acrílicas sobre papel. Las obras expuestas en la Galería Estampa están basadas en modelos de arquitectura tradicional japonesa.
Por otra parte, en la Galería Hispánica Contemporánea el prestigioso Rafael Barrios desafía la direccionalidad ortodoxa con piezas como Thrust (2016). El atractivo de sus obras de acero inoxidable lacado se suma a la inusual aplicación de las formas geométricas y renueva completamente la percepción habitual de la escultura.
Okuda San Miguel empezó realizando sus trabajos en vías y fábricas abandonadas de Santander a la vez que llevaba a cabo obras dentro de su estudio. Los paisajes oníricos que desarrolla están protagonizados por estructuras geométricas matizadas con una amplia paleta multicolor, interaccionando con otros cuerpos más sencillos de formas orgánicas. Las obras que estaban expuestas en la Galería Kreisler podrían definirse como una especie de surrealismo pop, remitiéndose al medio urbano que les dio origen.

En la Galería Leúcade, las esculturas de hormigón y resina polimérica de Óscar Ferrenavarro como Fuera de concepto (1999) y Mochila de sueños (2007) transmiten un lenguaje profundo plagado de matices interpretativos. A través de ellas se abordan temas como la identidad, la sexualidad, el ser y el conflicto de género.
El artista chileno Mario Pavez mostraba sus pinturas hiperrealistas de gran formato en la Galería Jorge Alcolea (Madrid). El proceso por el que comienza sus obras es el de la fotografía, utilizando este medio previo a la pintura para definir las escenas. Reflejando un marcado carácter contemporáneo por lo cotidiano, se aprecian referencias a grandes maestros como Rembrandt, Rubens o Caravaggio además de una vinculación con el teatro y el cine de Buñuel o películas del neorrealismo italiano.
La sofisticación de los ambientes y la distribución de los planos se conjugan para transmitir de manera lírica circunstancias marcadas por el hedonismo. Pavez reinterpreta elementos iconográficos tradicionales que simbolizan «los placeres de la carne» como la fruta madura reconvertida en una sugerente lata de melocotón en almíbar, una copa de vino o el humo escapándose entre los labios.

Desde la Habana, la Galería Moleiros presentaba una variedad de artistas con obras que demuestran un dominio de la técnica admirable a la vez que un lenguaje claro y directo. Daniel Collazo en sus Estudios fotogénicos (2016) utiliza las posibilidades expresivas de la arquitectura y su monumentalidad. Por su parte, la obra de Rubén Alpízar se caracteriza por reinterpretar a grandes referentes de la historia del arte. En su Babel (2014), una instalación de acrílico sobre madera reconstruye la famosa torre presente en el imaginario cultural colectivo.
El artista Yamir Izquierdo señala la paradoja presente entre la juventud y vulnerabilidad de la carne y el frío metal en sus impresionantes estudios anatómicos. Sus protagonistas están cubiertos parcialmente con armaduras que remiten al pasado, su tipología les aporta connotaciones clásicas y medievales.
También el artista Roldan Lauzan sorprende a través de diferentes retratos cuya expresión revelan las inquietudes presentes en sus personajes. A través de sus rasgos, permite que el visitante participe de la dualidad existente entre cielo y tierra, la espiritualidad y fragilidad de la naturaleza humana.

Ernesto Rancaño, procedente también de La Habana, utiliza el potencial sugerente y conceptual de la sombra para narrar historias marcadas por la paradoja del paso del tiempo. Esta vez desde la South Border Gallery, sus cajas de luz iluminan a pequeños personajes que exteriorizan sus sentimientos a través de las sombras que proyectan, contradiciendo la apariencia actual de las escenas. Un ejemplo de esto es la obra Sombras del ayer (2016) en la que las dos figuras protagonizan un encuentro que evoca su pasado.
La identidad de la mujer desde la faceta de la sexualidad es el tema que interpreta Yolanda Dorda en la Galería Luisa Pita (Santiago de Compostela). A través de sus pinceladas empastadas, las tramas que funden la luz y definen las texturas de las escenas íntimas, hace partícipe al espectador del conflicto presente en realidades universales. Es el caso del óleo sobre lienzo Sin título (2013).
Desde la galería china Yiri Arts, la artista barcelonesa Núria Farré también nos habla del relato femenino a través de increíbles escenas hiperrealistas en las que el agua se convierte en el elemento conector entre sus protagonistas y el espectador. Un ejemplo es el óleo sobre lienzo Núria Turneu (2015).
