Y llegó Tarantino para no hacer lo de siempre

Qué podríamos decir de un hombre que al nacer, solo vivía con su madre, en un barrio angelino de dudosa reputación. Con una variada mezcolanza suburbial de blancos y negros, que veía de forma compulsiva películas de «grindhouse», «spaghetti western», «kung fu» o «blaxploitation» y queriendo ser director de cine, lo que hizo que abandonara a una precoz edad  los estudios. “No fui a ninguna escuela de cine, solo fui al cine” dijo en una ocasión cuando le preguntaron por su alma mater.

Quentin Tarantino

Si a una mente maravillosa le dejas abrirse camino, rodeándose de buena música, kilómetros de celuloide y diversidad cultural te puede salir alguien como Quentin Tarantino, con un reconocimiento mundial más que ganado. Es reimpulsor de las películas de serie B pero ya en formato más cool, ya que en sus orígenes sí fue director de películas de dicho serial, con bajos presupuestos y actores de segunda fila. Cuando Reservoir Dogs irrumpe en la gran pantalla (siendo una película serie B de manual), nadie imaginaría que dicho film pudiera alcanzar tan  rotundo éxito. Este nuevo estilo de largometraje inventado por él, ha llegado incluso a crear escuela, siendo Robet Rodríguez su alumno aventajado.

Amén de la grandilocuencia cinematográfica del amigo Quentin Tarantino, algo por lo que sus películas nos han entrado además de por los ojos, es por los oídos hasta la última esquina de la sesera. No es debido a una gran orquesta que haya creado bandas sonoras para la historia, sino que consiguió y consigue aunar sus secuencias con las canciones de grupos musicales, alcanzando armoniosidad plena.

¿Quién pudo imaginar que se podría torturar a un policía a ritmo de “Stuck in the middle with you”? Pues él pudo soldarnos ese recuerdo al escuchar la canción. No solo en esa escena, sino que varias de la película y en otras tantas más obtuvo el mismo resultado.  Si digo “You never can tell”,  nos vendrá a la mente el momento en el que Vincent Vega y Mia Wallace participan en el concurso de baile, el cual ganan para la posteridad.

Por separado, las escenas analizadas fotograma a fotograma no nos darán la clave del éxito. La música de las películas de Quentin Tarantino va mucho más allá. Sincronizar visual y auditivamente nuestros sentidos de esa forma tiene una clave. Aquí te explicaré cómo selecciona las canciones.

Quentin Tarantino

Un recurso musical para sus films utilizado por este gran cineasta es el leitmotiv, que en la película Kill Bill roza de forma mágica el éxtasis, cuando por medio de un tándem Morricone-Tarantino nos obligan a no pestañear por miedo de perdernos un solo segundo de escena. De nuevo Quentin Tarantino da una vuelta más de rosca y éste, lo aborda de otra forma diferente, consiguiendo darle otra perspectiva. Lamentablemente, como en muchas historias, los binomios terminan yéndose al carajo, siendo esta vez, una de tantas.

Básicamente el leitmotiv significa “motivo conductor”. Por medio de un tema musical repetido varias veces en la película cuando aparece una persona, terminamos asociándolo, ya sea en un estado de ánimo concreto, cuando se encuentra en un lugar o en el momento que vaya a realizar una acción. Uno de los más famosos en toda la historia del cine es el utilizado en la película Tiburón; ocho chelos, seis contrabajos, cuatro trombones, una tuba y voila! Leitmotiv al canto.

¿Y si una mítica canción para una escena no termina de cuadrar? La solución ya utilizada por otros directores anteriores y reabierta por él con distinto enfoque, es utilizar una versión, consiguiendo lo que la original no llegaba a transmitir en la secuencia.

Por último, otro recurso musical por el que triunfa Quentin Tarantino es el homenaje. Tan sencillo como en sus films utilizar canciones y acciones más o menos similares de largometrajes anteriores. (En el video se puede apreciar con claridad)

Kill Bill

¿Recursos musicales utilizados de forma magistral o plagio vulgar? Como en toda situación, hay seguidores y detractores, pensamientos opuestos de una idea común. El hecho es la fuerza que tienen las películas de este director de cine, al compás de las canciones que las envuelven místicamente. En una ocasión dijo que: “Siempre he pensado que mis soundtracks funcionan bastante bien, porque básicamente son equivalentes profesionales a una mezcla que haría para que escuches en tu casa”.

Quizás está aquí la respuesta al por qué de sus canciones o simplemente nos dijo lo que queríamos escuchar para mantener su secreto a salvo.