Ubicadas en el mapa entre Francia e Inglaterra, cerca de las costas de Normandía y Bretaña, se encuentran las islas del Canal de la Mancha. Un conjunto de islas que forman parte de las dependencias de la Corona británica, conocidas como la Bailía de Jersey y la Bailía de Guernsey, y que apenas alcanzan, en su conjunto, los 400km2.
En la actualidad, la costa rocosa de la isla de Guernsey presenta aún las cicatrices del pasado en forma de bunkers nazis, edificados durante la II Guerra Mundial. Una época en la que las islas pasaron a ser consideradas como el único territorio británico que fue ocupado por Alemania. Una invasión que se prolongaría durante los cinco años que abarcó la guerra… Las vivencias durante la ocupación se han plasmado en papel gracias a muchos autores, varios de los cuales vivieron en primera persona la atrocidad nazi, como fueron Frank Stroobant o el periodista Frank Fralla.
Evacuación y desmilitarización de Guernsey
Con el inicio de la invasión alemana de Francia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo en mayo de 1940, la posibilidad de que hubiera en Guernsey un escenario en el que soldados alemanes desfilaran por las calles con banderas de color rojo con esvásticas hondeando como fondo, se acentuaba con el paso de las semanas. A medida que crecía, también el temor y la confusión a la incertidumbre frente a las acciones por parte del Gobierno británico para que dicha escena no tuviera lugar.
Se tomó como opción la evacuación de los civiles antes de que llegara el temido final. Una evacuación total de la isla que jamás tuvo lugar. Los rumores de que los alemanes no malgastarían sus fuerzas en invadir unas pequeñas islas del Canal alimentaban algunos avisos, emitidos para convencer a los isleños de no abandonar la isla. A finales de junio, a medida que se llevaban a cabo las primeras evacuaciones por parte de la Marina Real británica para trasladar a los niños hacia Inglaterra, las personas debían decidirse entre abandonar su hogar y sus negocios hacia un destino desconocido o quedarse a la espera de un futuro impreciso.
Los aviones alemanes sobrevolaron la isla por primera vez el 28 de junio, cuando la cifra de evacuados se elevaba entre las 22.000 y 25.000 personas (la mitad de los habitantes). Con ello tuvieron lugar los primeros bombardeos por parte de los nazis, sin saber que la isla ya se había desmilitarizado días atrás, tal y como se certifica en una carta del rey Jorge VI (enviada días antes y la cual fue mantenida en secreto al público) en la que se informaba de la decisión de desmovilizar las tropas. Este ataque se produjo ante la confusión de los alemanes por creer que un grupo de camiones, que llevaban cajas de tomates, eran, en verdad, un convoy de tropas del enemigo.

El domingo 30 de junio, los temores de los isleños tomaban forma cuando uno de los aviones aterrizó y las botas militares de un soldado nazi se posaron finalmente en territorio inglés. El Capitán Liebe-Pieteritz fue el primero de los casi 24.000 soldados que fueron destinados a Guernsey. Al día siguiente se anunció el éxito del ejército alemán en la toma de las islas.
El ejército nazi en Guernsey
Con el inicio de la ocupación una serie de medidas se impusieron en Guernsey. La censura y propaganda se mantuvieron desde el inicio, aunque se permitieron la continuación de bailes públicos y la apertura de pubs. Se prohibió la lectura de libros de autores como Douglas Reed, Winston S. Churchill o John y, aunque en un inicio se permitió escuchar la radio, finalmente se llegaron a confiscar para incomunicar a la población. De acuerdo con la hora alemana, se adelantaron los relojes; cambiar la dirección de conducción hacia la , a pesar de haber confiscado la mayoría de los coches privados. Se interpuso un toque de queda que abarcaba en un inicio, desde las 11 pm hasta las 6 am (más adelante se cambió de 10pm a 6 am). Desde el primer momento comenzó un racionamiento de alimentos y productos que, a medida que pasaban los años, fue escaseando. Paralelamente se creó un mercado “negro” para la venta de mantequilla, té, tabaco, patatas, huevos…

Al año de que se llevara a cabo la invasión, la organización “Todt” inició la construcción de fuertes y bunkers alrededor de la isla, con la intención de hacer una fortaleza que fuera inaccesible. Las zonas minadas y trincheras se extendían por la costa, junto con los cañones militares y las denominadas battery mirus. Más allá de la identificación y evacuación de los habitantes que eran judíos, no fue hasta 1942 cuando se dio la orden de registro de 1000 civiles británicos (ingleses residentes en la isla), que en el mes de septiembre fueron trasladados a Alemania para ser enviados a campos de prisión (Biberach, Laufen, Dorsten y Wurzach). Junto con el resto de las islas se llegó a evacuar a un número de 2.000 y 3.000 ingleses.


Los suministros de alimentos y medicinas eran prácticamente inexistentes en el último año. La hambruna se agravó por el corte de envíos de provisiones alemanas, ante la victoria de los aliados en la batalla de Normandía. El 9 de mayo de 1945, tras la firma de la capitulación de Alemania, las tropas nazis se rendían con la llegada del ejército británico a las y con ello, los habitantes eran testigos de su anhelada liberación.
