A veces a los cineastas se les agotan las ideas, bien porque han perdido la chispa creativa o bien porque desean reflotar un clásico creado hace años. En este segundo caso, Walt Disney Company ha demostrado ser una gran experta últimamente.

Algo que se debe tener en cuenta es que Disney no deja de ser una empresa que busca hacer dinero vendiendo sus productos. Si sus clientes ya son mayores para consumirlos buscan unos nuevos y, además, discurren fórmulas para que sus viejos consumidores sientan la necesidad de seguir consumiendo sus ideas. Por eso, la casa del ratón está adaptando sus clásicos animados dándoles un toque más maduro.
Un poco de historia
Disney realizó su primer live action en 1996 con la película 101 dálmatas. ¡Más vivos que nunca! Muchas personas la consideran mejor que su antecesora de dibujos de 1961, destacando el papel de su antagonista, Cruella de Vil, interpretada por Glenn Close. Tanto es así que al comienzo del nuevo milenio se estrenó la segunda parte.
En 2010 a la empresa se le ocurrió hacer un remake de Alicia en el país de las maravillas pero con un toque más tenebroso y extravagante. El filme tuvo escenas algo desagradables, motivo por el que la obra obtuvo una calificación de «no recomendada para menores de 7 años», algo que nunca le había ocurrido a ningún clásico de Disney. Aun así tuvo un éxito rotundo en la taquilla mundial de ese año, recaudando 1.017.220.165 de dólares.

En 2014 llegó Maléfica. Esta cinta, basada en la película La Bella Durmiente, cambia de sentido porque la historia está contada desde el punto de vista de la antagonista original. Un año después llega Cenicienta, que igualmente se basa en la historia original pero dándole un toque más maduro.
Ya en 2016 llega El libro de la Selva en la que Mowgli pasa de salir de las manos de los animadores a ser un niño de carne y hueso. Sin embargo, los animales y los fondos están creados con CGI. En mayo del mismo año vio la luz Alicia a través del espejo, secuela de la estrenada en 2010. Por el contrario, esta no obtuvo el mismo resultado.
Próximamente
En marzo de 2017 llegará el live action de La bella y la bestia protagonizado por Emma Watson. La versión de 1991 es considerada una de las grandes obras de Disney, fue la primera película de animación de la historia en estar nominada a mejor película e incluso tuvo su propio musical. Por estas razones, su versión real se espera con ansias. Además, será el primer trabajo de Watson con la compañía del ratón.
Pero la cosa no queda aquí porque, de momento, «la fábrica de los sueños» ya tiene otros proyectos confirmados en acción real como Mulán, Dumbo y El rey león, entre otros. Y está en proceso de traer de nuevo Aladdin y La Sirenita.
Live action en la competencia
Warner Bros tampoco se queda atrás en el uso de esta técnica. Se puede decir que fue pionera, porque en 1988 estrenó su primer largometraje en acción real ¿Quién engañó a Roger Rabbit?. Años después, en 1996, llegó Space Jam, que fue la primera cinta en la que participaron los Looney Tunes, las estrellas de la casa, además del exjugador de baloncesto Michael Jordan.

En 2002 produjo la primera película en acción real basada en la serie de dibujos animados Scooby-Doo. Posteriormente vinieron las secuelas. En 2015 la compañía también estuvo involucrada en el filme PAN: Viaje a Nunca Jamás, un live action basado en la historia de Peter Pan. El año que viene la empresa estrenará en versión real el manga de Hiromu Arakawa, Hagane no Renkinjustsushi (Fullmetal Alchemist).
En 1988 Émile Reynaud, considerado como el padre del cine de animación, inventó el praxinoscopio. A partir de ahí la técnica fue mejorando. Pero ahora la sociedad quiere realismo, verse identificada en la trama. Los seres humanos se guían por etapas, pero hay veces que estas se alargan demasiado.