Kawabata, lo bello y lo triste

Ni una sola palabra, ni siquiera una página en blanco. Yasunari Kawabata escribió decenas de novelas, cartas y pequeñas Historias de la palma de la mano, pero aparentemente se suicidó sin dejar una nota de despedida. Una llave de paso de gas abierta  en su apartamento, pocas certezas más hay en torno a la muerte del escritor japonés. Su viuda siempre habló de un descuido, sin embargo Takeo Okuno, su biógrafo, no opinaba lo mismo. Afirmaba que fue un acto intencionado de una persona que vivía enferma y atormentada.

La muerte y la infancia de Kawabata son dos realidades diferentes que se diluyen en una con el paso del tiempo. El niño Yasunari fue huérfano con cuatro años, también perdió a sus abuelos y su hermana antes de cumplir quince años. Una existencia que se vaciaba desde muy pronto, estrechando el vínculo entre sus letras y la muerte.

«Nadie en el mundo más que ustedes me dio el don de sumergirme en el éxtasis de la nada” (…) “Han muerto sin haberle dejado a su único hijo ningún elemento para recordarlos.»

Yasunari Kawabata. Cartas a mis padres. 1932-1935.

La primera novela del escritor japonés fue La bailarina de Izu,  aunque ya había tenido contacto con la literatura en la revista Bungei-jidai, y a través de su Diario íntimo de mi décimosexto aniversario. Años más tarde, su novela, País de Nieve, publicada en 1937, alcanzaría gran notoriedad, otorgándole gran prestigio en Japón. Dos décadas después se convertiría en el primer escritor nipón en obtener el premio Nobel de Literatura, la academia sueca le otorgó un galardón que había olvidado completamente la literatura japonesa en sus años de historia. Incluso en la actualidad, sólo dos escritores han sido considerados merecedores del premio, Yasunari Kawabata y Kenzaburo Oe.

Yasunari Kawabata nobel literatura
Kawabata, en la ceremonia de los Premios Nobel, en 1968 || Fuente: elconfidencial.com

La última novela que Kawabata publicó en vida fue Lo bello y lo triste, una obra donde la belleza y la tristeza no son compartimentos estancos sino las venas de la venganza y la culpa. Páginas donde los principales buscan expiación y los secundarios pretenden compensar el agravio que han recibido sus amantes. Lo bello y lo triste viaja hasta Kioto para mostrarnos una ficción estética, un ideal de belleza, nunca la capital de la prefectura japonesa. Kioto como sede de las letras de Kawabata, igual que Macondo lo fue de García Márquez. El vínculo de ambos escritores se extiende a través de  Memoria de mis putas tristes, (García Márquez, 2004), inspirada en La casa de las bellas durmientes, (Kawabata, 1961),  literatura sobre literatura.

«El tiempo pasó. Pero el tiempo se divide en muchas corrientes. Como en un río, hay una corriente central rápida en algunos sectores y lenta, hasta inmóvil, en otros. El tiempo cósmico es igual para todos, pero el tiempo humano difiere con cada persona.» (…) «Las corrientes del tiempo nunca son iguales para dos personas, ni siquiera cuando son amantes…»

Yasunari Kawabata. Lo bello y lo triste. 1965.

Akutagawa, Mishima y Kawabata.

Ryûnosuke Akutagawa (1892-1927), autor de cuentos breves y Yukio Mishima (1925-1970), novelista, ensayista y dramaturgo, fueron amigos, pesadillas y espectros en la vida de  Kawabata. En su discurso de aceptación del Premio Nobel en diciembre de 1968, el escritor hizo mención a la nota de suicidio de su amigo Akutagawa recordando las líneas que más le conmovían del texto,  para después añadir que «por más alejado del mundo que uno pueda estar, el suicidio no es una forma de iluminación. Por muy admirable que sea, el suicida está lejos del reino de la santidad». No admiro ni simpatizo con el suicidio de Ryûnosuke Akutagawa, ni con el de mi otro amigo, el pintor vanguardista Osamu Dazai». Dos años después de decir estas palabras su gran amigo Mishima envió su última novela a su editor, La corrupción de un ángel. Horas más tarde se suicidó.

Yasunari Kawabata y Yukio Mishima Nobel Literatura
Yasunari Kawabata y Yukio Mishima en 1968 || Fuente: koratai.com

«Leyendo la vida de Empédocles, me di cuenta de cuán antiguo es el deseo de uno de convertirse en Dios. Esta carta, en cuanto a mi concierne, no intenta esto. Por el contrario, yo me considero uno de los hombres más comunes. Tú debes recordar esos días, veinte años atrás, cuando discutimos Empédocles sobre el Etna bajo los árboles de tilo. En esos tiempos yo era uno de los que deseaba convertirse en Dios.»

Nota de suicidio de Ryûnosuke Akutagawa.

El suicidio ritual (Seppuko) de Yukio Mishima ahondó en la contradicción que vivía Kawabata. Enfermo y deprimido pasó los dos últimos años de su vida, un escritor insomne perseguido por los fantasmas de Mishima. Un accidente, o la voluntad de inhalar gas como acto de belleza para tolerar la ausencia. Lo bello y lo triste.