Hoy en día sería casi imposible pensar en una película sin su tráiler. Estos pequeños avances, de no más de tres minutos, son estructuras bien construidas y resumidas que atraen al espectador a ver la película.
Existen muchos tipos de tráiler dependiendo del género de la película y de los objetivos que se quieran conseguir. Este anglicismo deriva de la palabra tailed, que significa «seguir inmediatamente». Esto se debe a que, antiguamente, los tráilers se proyectaban después de la película para que los espectadores supieran lo que se proyectaría la próxima semana.
En los últimos años cualquier producción hollywodiense suele sacar un primer avance llamado teaser. Estas imágenes duran dos minutos como máximo y son las primeras en mostrarse antes de que la obra audiovisual esté terminada. Aquí es donde el público observa el sentido y las líneas generales de la historia pero sin mostrar demasiado. Un tiempo después se presenta el tráiler, donde se incluyen más detalles de la historia.

Gracias a los tráilers el espectador puede hacerse una idea de lo que verá próximamente para tener una primera impresión, pero sin desvelar todo el material. El tráiler es una herramienta de marketing que persigue tres objetivos: en primer lugar, informar sobre la existencia de una película determinada y de su estreno. En segundo lugar, crear expectación en el espectador sobre la película que anuncia y, por último, transmitir el estilo de la película, principalmente su estética y su temática.
Avances espectaculares, resultado nefasto
Tres minutos dan para contar mucho, a veces demasiado. Es por esto que algunos tráilers han sido mejores que la película completa. Ya sea porque la producción no dispone de muchas escenas impactantes o porque se quiere lograr el resumen perfecto, algunos directores caen en este fallo. Estos son algunos ejemplos de trailers que fueron mejores que sus películas.
También existen avances que muestran imágenes de una película que cambian totalmente de sentido al mostrar el trabajo final. El bosque (The Village), de M. Night Shyamalan, es una de las mejores pruebas al respecto. El avance hace pensar en una película de terror, la obra en sí es otra cosa completamente distinta. Nada de terror a pesar de contener una secuencia a ralentí absolutamente espléndida en el uso de la tensión. Sin embargo la verdadera intención del director es otra.
En algunas producciones se graban escenas de relleno que se usan exclusivamente para el avance y luego no aparecen en la película. Aunque estas escenas no suelen tener una especial relevancia, pueden ser otro motivo para que el espectador se pregunte dónde está lo que ha visto anteriormente.
La extinción de la voz en off
En el cine, desde sus inicios hasta prácticamente los 90, los avances de las películas tenían un elemento que daba potencia y sonoridad a las imágenes, la voz del narrador. Actualmente ese elemento ha perdido fuerza y ahora se usan las imágenes y la música perfectamente estructuradas para que este intervenga lo menos posible.
Star Wars es un ejemplo muy claro. Dichas cintas se han grabado en años diferentes, además del estilo de la cinta y los personajes, cambian otros elementos. Este vídeo muestra como la voz en off reduce el número de apariciones según va pasando el tiempo.
Los tiempos han ido cambiando y ya no se hacen tráilers como antes. Aquella voz masculina y penetrante ha dejado paso a un modelo más dinámico y en el que ya se da todo por supuesto. La voz en off por antonomasia en los tráilers cinematográficos durante muchos años fue la de Don LaFontaine.

Los tráilers, un reflejo de la sociedad
Siempre se ha dicho que el cine es un reflejo de la sociedad. Muestra, o intenta mostrar, a las personas u objetos lo más reales posible. Y si se tiene en cuenta que el avance debe ir en consonancia con la historia, el tráiler también lo debe ser. Este año se estrena Cars 3 y hace unos meses salió un teaser un tanto duro y macabro. Este no es el estilo de Disney, normalmente sus películas suelen ser alegres con un toque fantasioso.
Pero hay que tener en cuenta que la primera película de Cars se estrenó en 2006, han pasado 11 años desde entonces. Por lo que esos niños que se maravillaron con aquel deportivo rojo con rasgos humanos han crecido y necesitan ver algo más realista y que no esté tan infantilizado.
En la vida real la primera impresión es lo que cuenta, y en el cine pasa exactamente lo mismo. La humanidad vive en el mundo de la imagen. Una persona debe cuidar mucho su aspecto para que los demás se lleven un buen recuerdo de ella.
Los directores buscan atraer al público utilizando una carta de presentación, que es el tráiler. Si esa carta está bien estructurada y es atractiva llamará la atención y el producto final tendrá muchas posibilidades de tener éxito. De ahí la importancia de esos tres minutos.