La política también es cosa de frikis

Se supone que la política es una cuestión de gente seria. Abogados, economistas, altos funcionarios, politólogos…; personas bien formadas que se trabajan mucho tanto el fondo como la forma de sus acciones. Pero a veces surgen personajes que no tienen nada que ver con lo anterior. Frikis, en el sentido estricto de la palabra (RAE. 1. adj. coloq. Extravagante, raro o excéntrico), capaces de llenar más portadas con un comentario que otros en toda una legislatura.

Estos frikis de la política suelen ser famosos anteriormente, personas muy conocidas por ámbitos diferentes. Así, no es de extrañar que sus motivaciones para dar el salto a la «res publica» no se centren tanto en el ansiado bien común, sino en cuestiones más mundanas como la megalomanía, la publicidad o la economía personal.

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Donald Trump durante un combate de lucha libre || Fuente: slate.com

Trump, el friki político del momento

El actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es la muestra perfecta de lo lejos que puede llegar un friki si se lo propone. Y si le votan. Pero también es un buen ejemplo de que votar a un friki como protesta antisistema puede terminar costando caro.

Antes de ser el inquilino de la Casa Blanca, a Trump se le ha podido ver siendo un empresario de éxito, sí. Pero también haciendo cameos en películas, participando en combates de lucha libre, rodeado de modelos como propietario del certamen de Miss Universo… Incluso recibiendo un roast, ya con un ojo puesto en el despacho oval.

Para hacerse una idea, es como si en España llegara a presidir el Gobierno un híbrido entre Belén Esteban y Florentino Pérez, con ciertos toques de Bertín Osborne. Y también un poco de Pablo Motos.

Pero para hablar de frikis en política no hace falta irse del viejo continente. Contar que una húngara llamada Ilona Staller llegó a ser parlamentaria en Italia en los 80, siendo el centro de su acción política su campaña contra la energía nuclear, no llamaría la atención. Pero decir que también era conocida como Cicciolina y que se hizo famosa como actriz porno, cambia la cosa.

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Cicciolina, de actriz porno al Parlamento italiano. || Fuente: livesicilia.it

Entre sus propuestas más llamativas se encuentra haberse ofrecido sexualmente a Saddam Hussein en 1990 para evitar la Guerra del Golfo. Algo que también intentó después, en 2006, con Bin Laden.

También en Italia, ya más actual, el humorista Beppe Grillo ha sido muy importante para la política del país transalpino. Con la idea de romper con el sistema desde un punto de vista de la izquierda, fundó el Movimiento Cinco Estrellas. Este logró ser el partido más votado en las elecciones generales de 2013. Sin embargo, su idea nunca fue liderar un Gobierno, así que nunca lo formó. Solo quería ser un elemento de protesta, pero se le fue de las manos…

Estrellas del deporte en política

Otros posibles considerados frikis en política, aunque en este caso en menor medida, podrían ser aquellas grandes estrellas mundiales del deporte de países menos desarrollados. Siempre apoyados por su gran popularidad entre sus compatriotas, muchas veces considerados como héroes.

Es el caso del futbolista George Weah. Tras la segunda guerra civil de su país, Liberia, se postuló para ocupar la presidencia en 2005 tras fundar su propio partido, el CDC. Sin embargo, perdió ante su rival Ellen Johson Sirleaf, pues pesó más la mejor formación académica que la popularidad.

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Manny Pacquiao, de estrella del boxeo al Senado de Filipinas. || Fuente: news.caliente.mx

Lo mismo ocurrió con el boxeador filipino Manny Pacquiao. Después de colgar los guantes, y tras varias intentonas por diferentes frentes, logró entrar en el Senado del país asiático en el año 2016. Decir que «los hombres que tienen relaciones con hombres y las mujeres que tienen relaciones con mujeres son peores que los animales» o intentar volver a instaurar la pena de muerte son sus acciones políticas más destacadas. Y quiere llegar a presidente.

Políticos frikis españoles

Si hay un «Rey Friki» en la historia de la política ese es Jesús Gil. Empresario y presidente del Atlético de Madrid, fundó su propio partido –el GIL– para hacerse con la alcaldía de Marbella. Como si fuera una Donald Trump de la época, pero más bizarro, su forma de hacer campaña electoral no tenía desperdicio.

A este le sucedió en el cargo Julián Muñoz, más tarde pareja de Isabel Pantoja. Gil y Muñoz rivalizaron en tropelías y corruptelas hasta el punto de acusarse mutuamente en el programa Salsa rosa, en directo ante millones de telespectadores. Historia de la televisión, de la política y de la corrupción en este país.

Ahora, los frikis en la política española están algo más descafeinados. Se puede encontrar al actor Toni Cantó gastando la segunda de sus «7 Vidas» en los bancos del Congreso por Ciudadanos, después de haber abandonado UPyD. O al televisivo Felisuco, compartiendo también bancada con Albert Rivera.

No están todos los que son, pero son todos los que están. La política está llena de frikis. Pero ahí cabe preguntarse quiénes son más frikis, los que se presentan, o los que les votan.