Escritoras, enfermeras, voluntarias. Mujeres en la Primera Guerra Mundial

La historia escrita ficcionada o no ficcionada, cinematográfica o documental del primer conflicto mundial tiende a centrarse en la lucha cuerpo a cuerpo de los soldados. Las terribles y sangrientas campañas bélicas en las que se sumergió el mundo durante cuatro años han ocupado el protagonismo de las crónicas históricas por lo inexpresable de las experiencias vividas por los jóvenes soldados enviados al frente. Sin embargo, como es bien sabido, los soldados no fueron los únicos que vivieron los estragos de un conflicto que superó con creces cualquier ficción. Las mujeres estuvieron presentes en cada frente. Sí, relegadas a los hospitales, pero luchando las batallas escabrosas que representaban las heridas de guerra, las operaciones sin anestesia y las curas de enfermedades antes nunca vistas.

Grupo de enfermeras inglesas | Fuente: Flickr.com
Grupo de enfermeras inglesas | Fuente: Flickr.com

Escritos de voluntarias inglesas

Sin embargo, más de cien años después del conflicto, las narraciones en primer persona siguen posicionándose en lo más alto del ránking de las crónicas bélicas. La Primera Guerra Mundial en Reino Unido tuvo testigos directos como el celebrado poeta Robert Graves, cuyos poemas de guerra se han instituido como lectura obligatoria para cualquier interesado en este periodo histórico. Pero sus enfermeras, y sus voluntarias, mujeres procedentes de familias de clase alta que asumieron el papel que su generación tuvo que afrontar enrolándose en los otros ‘ejércitos’, los de los hospitales. Una profesión consistente en llevar a cabo tareas difíciles, a veces con poca preparación y sin los materiales necesarios.

VAD en el frente

Las denominadas en inglés VAD nurse (VoluntaryAidDetachment), fueron una especie de destacamento de enfermeras voluntarias sin las que hubiera sido imposible afrontar las necesidades médicas durante el conflicto. En 1914, por tanto, no solo los jóvenes varones abandonaron sus vidas para luchar por su patria, también las féminas dejaron de lado sus aspiraciones y cumplieron el cometido de su generación. Las consecuencias para esta generación aún son incalculables, no solo las muertes se contaron por millares, también las heridas físicas y psicológicas acabaron con muchas otras vidas. Una ola de envejecimiento prematuro arrasó a estos jóvenes cuya ‘normalidad’ no se reestablecería ni aún después del conflicto. Los soldados regresaron héroes; las enfermeras o voluntarias regresaron mujeres con obligaciones para su género: seguir cuidando de los convalecientes. Las mujeres no regresaron de la guerra, tuvieron que lidiar con ella incluso después del final del conflicto contrayendo matrimonios con exsoldados con secuelas como pago por su heroicidad en el campo de batalla.

Kent No 2 Vad Nether Court Hospital | Fuente: commons.wikimedia
Kent No 2 Vad Nether Court Hospital | Fuente: commons.wikimedia

Vera Brittain, testamento de una juventud perdida

Vera Brittain recogió las actividades y experiencias de una voluntaria durante la Primera Guerra Mundial en su novela Testamento de Juventud, recientemente traducida al español por primera vez. Cientos de páginas que ofrecen al lector una narración en primera persona donde Vera, una VAD nurse, relata cómo abandona sus estudios en literatura en la Universidad de Oxford para enrolarse siguiendo los pasos de su amado y su hermano. Cuatro años de curas, condiciones insalubres y, sobre todo, de esperas interminables. La espera constante de cartas desde el frente. La incertidumbre constante de saber si quien firmó la última carta seguía aún respirando.

Estatua de Vera Brittain en Brampton Parl | Fuente: jonathanhutchins
Estatua de Vera Brittain en Brampton Parl | Fuente: jonathanhutchins

Esta enfermera no solo dejó por escrito cómo perdió a su hermano, a su amado, a sus amigos sino también cómo perdió su juventud. Tras la guerra volvió a sus estudios pero nunca pudo aceptar la nueva realidad al no entender el porqué de las pérdidas humanas de su generación. Brittain fue no solo voluntaria y escritora, también fue una acérrima defensora de la mujer, participando en organizaciones feministas de principios de siglo. Principios que demostró en las elecciones de su vida, no solo renegando de los matrimonios ‘posbélicos’ sino casándose con el único hombre que le ofrecía la independencia que ella exigía.

Una mujer de letras y de ciencias: Violetta Thurstan

Pero Vera no fue la única que escribía y ficcionaba sus experiencias. Hubo otras muchas, centrándonos solamente en Reino Unido. Entre ellas, se podría mencionar a Mary Britnieva, de origen ruso pero nacionalizada inglesa, que escribió Onewoman’sstoryy A stranger in yourmidst, ambas novelas sobre los diversos conflictos en los que se vio envuelta como enfermera. También Mary Borden, angloamericana, que con su TheForbiddenZone: A nurse’sImpressionsoftheFirstWorldWarcontribuyó a las crónicas del conflicto desde le perspectiva de las mujeres combatientes: las enfermeras.

Entre ellas, destaca la incansable figura de Violetta Thurstan que, al igual que Vera Brittain, viajó por Europa destinada a los diversos hospitales improvisados en zonas de conflicto. No obstante, en este caso, Violetta sí era una enfermera titulada, aunque nunca dejó de formarse estudiando lenguas y artes, y graduándose también posteriormente en Lenguas Modernas y Arte. Una mujer de letras y de ciencias que persiguió los conflictos europeos y los narró.

Violetta Thurstan | Fuente: wikipedia.org
Violetta Thurstan | Fuente: wikipedia.org

 

Guerra y fantasía

En 1914 ya formaba parte de la British Red Cross y, por ello, fue enviada como encargada de un grupo a Bélgica. Ese mismo año, varias heridas y enfermedades la obligaron a retirarse unos meses en Inglaterra, momento que aprovechó para escribir su primer libro sobre sus experiencias bélicas: Field Hospital and Flying Column. En 1915 estaba de vuelta, sin embargo las heridas la obligaron a pasar varios periodos en convalecencia, periodos que usaba para escribir. Mucho más tarde, en 1978, publicaría otro libro sobre la guerra The Hounds Of War Unleashed que, según los críticos, está mucho más influido por la fantasía de la autora y se aleja de la crónica histórica.

Fue incansable, tras el conflicto mundial, también viajó a España durante la Guerra Civil para ayudar y, posteriormente, estaría destinada en Italia durante el segundo conflicto mundial. A pesar de los riesgos y las enfermedades padecidas, Violetta Thurstan moriría a la edad de 99 años en Inglaterra. Un espíritu luchador, una mujer instruida que dominaba varias lenguas y una escritora que narró las experiencias de una mujer durante las diversas guerras que la convulsa primera mitad del siglo XX sufrió.