Entrevista Jaro y Sin-H: “Nuestra forma de hacer música es desprendernos de sentimientos y hacernos eternos”

Son dos de los exponentes que más pegada están teniendo en Murcia en el rap. Jaro Desperdizio y Sin-H son dos raperos con unas letras muy diferentes entre sí, pero que, juntos, se unen haciendo unas canciones a trote caballo entre la poesía y lo urbano, porque ninguna de las dos facetas tiene por qué estar separada.

Nos juntamos con ellos al terminar un concierto en Madrid dentro de la gira Eterno Invierno. Hablamos del nivel de rap actual en Murcia, de sus letras, de su primer disco en solitario y nos cuentan cuáles son los planes de futuro que tienen actualmente. Sean bienvenidos a una nueva forma de hacer rap, sean bienvenidos a El Blues de los Ahogados, sean bienvenidos, en definitiva, a Jaro y Sin-H.

Aprovechando que nos encontramos después del show que habéis dado en Madrid dentro de la gira Eterno Inviernojunto con otros artistas, ¿qué nos podéis decir de Eterno Invierno? ¿cómo surgió?

Sin-H: Eterno Inviernosomos un grupo de amigos que nos conocemos de nuestra ciudad, Murcia, y teníamos proyectos que presentar. Nos juntamos con muy buen rollo entre todos y dijimos que para hacer solos esto, lo hacíamos en grupo; los batacazos vienen juntos y los triunfos también. No es más que eso, amigos que rapean juntos.

Jaro: Sí, básicamente es eso. No nos juntamos por la música, porque fuera de estar juntos en el estudio, o de gira como ahora, podemos quedar un domingo para tomarnos juntos unas cervezas, tomar un café o cualquier historia. Simplemente, con Eterno Invierno, todo queda en familia, no hay nada forzado y vamos juntos con los gastos. Además, como dio la casualidad de que sacamos los tres proyectos a la vez (School of Hard Knocks de Alex Orellana y Jayder, Yung Caesar de J. Higgz, y El Blues de los Ahogados), Hermi y yo teníamos pensado movernos y dijimos de irnos los tres de gira.

Estamos acostumbrados a veros siempre en hermandad con otros artistas, en especial de Murcia. ¿Creéis que hoy en día falta esa unión dentro de la música en general y del rap en particular?

Hermi: Justamente lo primero que me ha dicho Santiuve que ha venido a ver el concierto, ha sido “envidio mucho los buenos amigos y juntos que estáis”. Es verdad que en Murcia hay una cosa muy rara. Cuando yo empecé en el hip-hop siempre se decía que es respeto, unión, pero peca de lo mismo de esas dos cosas. En Murcia no tenemos problemas con nadie, hacemos música conjunta y la disfrutamos conjuntamente, no tenemos por qué pisar a nadie y si uno va para arriba, vamos todos para arriba. Es verdad que en otras ciudades eso no se ve y nos lo dicen. En los tiempos de vieja escuela a lo mejor sí se daba, pero ahora mismo es raro, es casi una reliquia.

Jaro: Yo creo que también porque Murcia realmente es como un pueblo muy pequeñito y es muy difícil no conocerse. Por ejemplo, Hermi y yo nos conocimos porque era inevitable. Él grababa en los sitios donde yo grababa, sale por los sitios donde yo salgo y lo mismo pasa con Jayder, Piezas, Alex Orellana, J. Higgz y más artistas. En todas las ciudades hay cosas parecidas, solo que, por ejemplo, en Madrid, es tan grande que no puede haber esa unión porque no sería real. Pienso que cada uno se hace su propio grupo, con el que congenia bien, comparte gustos musicales, sobre arte, cine y claro, todo cuaja solo.

Esa unión de la que hablábamos también tiene lugar con El Club de la Lucha. ¿Cómo surge el mismo y cuál es vuestro papel dentro de él?

Hermi: El Club de la Lucha nace como un colectivo de una plataforma donde cualquier persona que tenga algo que decir o hacer música tiene cabida. En principio empezó con cualquier estilo de música, pero se fue centrando en el rap, y si tú tienes algo que decir, se te da apoyo a través del canal de Youtube y te dan a conocer. En ese momento Jaro y yo teníamos un tema que sacar y Juanjo e Ismael, los padres de El Club de la Lucha, nos vieron en un directo y en ese momento dijimos de hacer algo juntos. Nos fuimos a la nieve y ahí nació Nostalgia y Frío.

Jaro: Sí, ellos no pedían nada a cambio, decían “tenemos este canal” y te preguntaban si querías hacer un tema, en qué localización y demás. Y ahí, después del primer Club de la Lucha, fue cuando nació realmente Jaro & Sin-H.

Están saliendo grandes artistas de Murcia en los últimos años y está pegando bastante fuerte en el género. Hay gente que incluso me lo ha comparado con el marco que se daba en Zaragoza hace unos años. ¿Se ha convertido Murcia en la nueva cuna del rap?

Jaro: Ahora mismo Murcia está como Andalucía en su época fuerte con Sevilla, Málaga y demás. En Murcia nos conocemos todos y mucha gente hace música buenísima, gente que no ha salido del todo todavía y hay material muy bueno. Pero sí, Murcia está como nunca, realmente.

Hermi: A mí lo que me parece impresionante de Murcia es que las ciudades pecan de tener un estilo muy parecido y en Murcia hay barrios donde se hace un rap muy diferente. Al lado de mi casa están Sensu Stricto que rapean genial y no tienen nada que ver con como rapeo yo, en el pueblo de al lado está Molina que tiene a los Rapvolución que también lo hacen bien, etcétera. En diferentes sectores se hace un rap muy diferente, es muy fácil reventar o que se diga que la cuna es Murcia porque tocamos muchos palos y algo te gustará, seguro.

Jaro: Lo que pasa es que antes, cuando nosotros éramos críos los grupos que había en Murcia eran escasos. Pero esos críos han crecido escuchando rap y ahora mismo hay un auge increíble de gente.

¿Por qué pensáis que se ha convertido en esa cuna?

Jaro: Cuando yo era crío y rapeaba, siempre nos decían que Murcia era una tierra virgen porque la cabeza más grande que siempre ha habido en Murcia ha sido Piezas, junto con Jayder. Todo el mundo relacionaba sus nombres a Murcia. Pero si antes decías que en Andalucía había grupos como Tote, SFDK o Dogma Crew, ahora mismo en nuestra ciudad puedes decir lo mismo.

Hablemos un poco de vuestras carreras personalmente. ¿Cómo os iniciasteis cada uno dentro del rap? ¿Fue todo una bonita casualidad o el rap es lo que habéis mamado desde toda la vida y os apeteció intentarlo?

Jaro: Yo empecé en el rap con Kariota que actualmente nos hace las instrumentales. Se fue a ver la película de ‘8 Millas’ y en el recreo me vino ilusionado hablándome de la película y del hip-hop. Yo decía “¿eso qué es?”. Me pasó la película, flipé y me pasó el disco de Hip Hop Solo en Español Volumen IIy el primer tema que escuché fue ‘Rap en mi cuaderno’ de Mucho Muchacho y después de ese tema, en mi cabeza, sentí cosas muy raras y poco a poco fui tirando. Empecé con un grupo con Bancarrota, con Kariota y con Cabra, lo dejamos, volvimos a hacer música y luego en 2014 o así me crucé con Hermi, hablamos, dijimos que teníamos que hacer algo juntos y la bola se hizo grande.

Hermi: Yo he escrito de siempre y el rap llegó a mí escuchando el disco de Mierda de Kase.O. Me dejó un vecino una cinta, escuché eso y flipe, no entendía como estaba rapeando así, las cosas que estaba diciendo, el flow que tenía, aunque no supiera que era el flow, pero estaba flipando. Desde ese momento pensé que eso podría hacerlo y empecé a ajustar lo que yo escribía en mis cuadernos a rimas y ritmo. Me junté con mis colegas, que al fin y al cabo en eso consiste el rap, y en los parques improvisamos, nos reímos y demás. Salió Atrapaos Clicka que es mi grupo de amigos y mi primer grupo. Y en Sangonera vi como cantaba Jaro, sus locuras y sus cosas, y me dije que ese tío tenía algo adentro, que necesitaba estar con él. Y sin forzarlo de ninguna forma, nos encontramos una noche y eso.

Jaro: Si él me cayera mal, por ejemplo, no haría música con él. La amistad está por encima de la música. Yo lo dejé con mi grupo, él lo dejó con el suyo y como el que te deja la novia y crees que no vas a encontrar el amor de tu vida y vuelves a encontrarlo. Fue algo así; me he quedado solo en la música, no encontraré a nadie y pasó.

¿Nunca pensasteis hacer otro género?

Jaro: Flamenco si hubiese salido cantante. Yo cuando era más chico también hacía reggae, pero no sé, era como la tontería cuando eras crío y se me pasó un poco. Aun así, tengo cosillas metiéndole el estribillo y tal.

Hermi: Yo siempre he dicho que, si supiera tocar el saxofón, no escribiría, pero no lo hago. Siento que la música esta la he elegido yo, o me ha elegido ella a mí, pero la comodidad de decir lo que quiero decir cuando quiero decirlo, y encima con una sonoridad, métricas y poesías, que al final todo se resume en eso, no me lo da otro género que no sea el rap.

Lo de uniros es todo un acierto. Os parecéis mucho a la hora de expresar lo que queréis decir, aunque luego tengáis un estilo diferente cada uno. ¿Cómo surgió la idea?

Jaro: Yo, por ejemplo, antes de conocerlo a él, no entendía su música, ni la de Cheb Rubën, ni la Soprano, ni entendía de música que hablasen de temas muy personales. A mí eso no me gustaba, era muy pureta. Yo no quería saber de la vida de nadie, ni de sus locuras, no quería saber que tenían que contar. Y con situaciones que te ofrece la vida, sentimentales o familiares, empecé a entender su música. Yo me adapté a Hermi, pero no por decir que, si no lo hacía como él, no molaba, era más una necesidad. Entonces El Blues de los Ahogados nace ahí, realmente. Ambos nos adaptamos inconscientemente a cada uno. A él en solitario no le gustan los temas de boom bap y a mí en solitario no me gusta decir cosas personales, por lo que cuando estoy con él es como un refugio. También es verdad que ya no pienso como antes que era un pureta y decía que solo estaba bien el hip-hop y que se jodieran otras músicas como el flamenco o el metal. Ahora tengo una mente más abierta y se trata de sentir y ya está. Ese es uno de los principales problemas de la humanidad, que no saben sentir.

Antes de meternos de lleno a hablar de vuestro primer disco en conjunto, quería hacer hincapié en canciones en las que ya colaborasteis antes del mismo. Sacasteis hasta la fecha tres partes de ‘Nostalgia y frío’. En las dos primeras se ve claramente cómo va a ser el estilo que va a llevar el disco y la tercera, aunque saliera tras tener el disco ya lanzado, viene a confirmar el desamor y el dolor como tema principal. ¿Tienen las tres partes algo que las una o son simplemente historias que van por su cuenta?

Jaro: Yo creo que sí. Realmente los videoclips de ‘Nostalgia y Frío’ tienen un nacimiento que fue el primer vídeo que hicimos para El Club de la Lucha, la unión entre Juanjo Intemperie, Sin-H y yo. A esos temas los une la nostalgia y el frío, precisamente. Es algo que siempre va a estar dentro de nosotros y no vamos a forzar a que salga. Yo estoy a gusto escribiendo esas cosas, porque están dentro mío y es una necesidad. Pero sí, el mensaje de los tres que hay y del cuarto que saldrá pronto, es el mismo: movidas personales y angustia cósmica, por así decirlo.

Hermi: A la hora de sacar un ‘Nostalgia y Frío’, no lo planificamos de ninguna forma. Nos pasa una base Kariota, escribimos algo y decidimos a la vez que eso es ‘Nostalgia y frío’. Necesitamos a Juanjo también para que haga magia con sus canciones. La conexión que también se crea a la hora de conectar cosas entre los diferentes vídeos también cuenta. La diferencia es que nosotros no rechazamos el estar mal, usamos esa tristeza a la hora de decir que tenemos cosas que soltar sobre esa tristeza. No rehusamos de ese sentimiento y eso hace que se creé canciones que se llaman así. La única conexión que hay entre ellas, es que son sinceras. No digo cosas que no pueda sentir, por eso escribo. Y a Jaro le pasa igual. Necesitamos tener nuestro espacio, un cajón de mierda, donde poder soltar todas esas cosas.

Ahora sí, pasemos a hablar de vuestro nuevo trabajo, El Blues de los Ahogados. Hablábamos anteriormente de ese sentimiento de dolor, de pérdida, de desolación, de desamor, etcétera. ¿Cuál creéis que es la presentación más oportuna para hablar a alguien de El Blues de los Ahogados?

Hermi: El Blues de los Ahogados es música hecha por gente que siente para gente que siente. Yo cuento cosas que a lo mejor unen al humano, pero esos sentimientos son básicos. El dolor es dolor sea cual sea el fuego que lo aviva, entonces nosotros escribimos el disco pensando que teníamos cosas que decir, teniendo en cuenta que queríamos pasar página, aunque creo que nunca podremos hacerlo, y dijimos de sacarlo. Se creó ese proyecto a raíz de la naturaleza que nos une, se grabó y salió. Y básicamente es eso, un cajón desastre donde guardar una etapa. Lo más bonito es que luego puedes escuchar esa etapa y recordar las cosas que viviste. Eso es lo más bonito de grabar un disco, creo yo.

Jaro: Yo lo presento como sentimientos de cualquier persona que, como Hermi ha dicho, los une el sentimiento. Cuando alguien escucha nuestras letras y las siente, es porque no te estoy contando ningún caso extraño de ser millonario, tener coches caros y demás, te estoy contando una pérdida, un estado mental, que cualquier persona puede compartir conmigo. El Blues de los Ahogados es un disco para personas que han pensado demasiado y por eso se han taladrado el cerebro, porque a mí me jode mucho que lo resuman a “te ha dejado la novia” y tal. Para mí que mi novia me dejase o me haya dejado, es solo un clavo. No es la herida. Es como una frase que tengo que dice “solo soy un clavo de este cristo mutilado”. Yo tengo cosas en la mente que me hacen sentir como soy. Esa situación personal con una mujer me lo puede detonar, pero yo no me arrastro para que vuelva nadie, es la vida y ya está.

No debe ser nada sencillo escribir un álbum así, se ve que algunas letras están impregnadas de muchísimo dolor.

Jaro: Es una liberación, pero luego cuando lo leo me digo a mí mismo de todo. A lo mejor mi madre dice “¿qué te pasa? ¿por qué eres así?, no tienes necesidad”, pero supongo que si a la gente le gusta es porque lo dice, luego lo siente. A nosotros nos ayuda, sí, pero es rebozarte en tu propia mierda, como si estuvieras bien en la zona muerta. Es muy complejo de explicar realmente. A mí ese sentimiento de nostalgia y de no saber por qué no encajas en un sitio cuando no tienes necesidad porque tienes un plato de comida todos los días, o gente que te quiere, no entiendo por qué es así realmente. Puede ser porque el mundo ha fracasado, realmente. Yo creo que la gente que dice que no es feliz, son ignorantes. No puedes ser feliz en este mundo, es imposible. Puedes tener estados buenos y malos, pero tú te pones a pensar cómo funciona el mundo realmente y tú no puedes decir que eres feliz, y si lo dices, eres un egoísta.

Hermi: Me molan las canciones que hemos grabado, son difíciles de leer, sobre todo. Cada vez que me enfrento a un folio en blanco, cuando lo leo luego, es cuando te das cuenta de cómo piensas o los sentimientos que tienes. Yo recuerdo perfectamente cuando grabamos la canción de ‘Midnight in Paris’ que me emocione con mi música y eso no me había pasado nunca, sí por cosas puntuales, pero escuchar una canción mía y emocionarme…Creo que hago todo por eso, por emocionarme.

Jaro: O el tema del cementerio. Nunca había vivido la muerte de un familiar y a mí eso me destrozó la vida, porque eso era surrealista. Justo cuando ocurrió grabamos ese tema. Le pasé la letra a Hermi y le dije lo que me había pasado; la escribimos, la grabamos y ese tema se ha olvidado. Lo cantamos en un concierto porque a un colega se le había muerto un familiar y nos lo pidió, pero no nos gusta cantar esa letra. Yo busco mis temas por Youtube a veces y los escucho, pero cuando sale el tema del cementerio, lo paso, no me gusta. Son mis vivencias, pero no me gusta escucharlas.

Hermi: Nuestra forma de hacer música es desprendernos de sentimientos y hacernos eternos, pero no significa que nos guste. De hecho, nos pasa últimamente que escribimos un tema, la gente dice que es un temazo pero nosotros simplemente lo soltamos, no sabemos qué sentires tenemos realmente hacia una canción nueva y eso es porque estamos siendo puros con lo que hacemos. Somos sentimientos, somos momentos y somos sufrimiento.

Jaro: Nadie realmente puede decir que somos unos falsos, porque me estoy desnudando al rapear, no estoy mintiendo a nadie. No puedes decir que seamos unos idiotas porque no estamos vacilando de nada, simplemente estamos contando nuestras mierdas que luego ni quiero escuchar. Lo veo una movida personal, y como lo personal aun siendo personal une a las personas, pues es lo que hay.

Claro, ese dolor se puede paliar un poco cuando ves que otra persona conecta contigo a través de tu música y te dicen que les ha ocurrido lo mismo.

Hermi: En realidad, el problema que nos pasa a nosotros y al resto de personas, es que nos sentimos solos. Y cuando ves que algo que te ha hecho tanto dolor y lo compartes con otras personas, como que sana un poco la herida. Yo me rallo mucho, no hablo con nadie, y escribir me salva la vida. Mis amigos a veces me preguntan qué me pasa, por qué estoy escribiendo así y yo no cuento nada a nadie, por eso escribe. Cuando una persona ajena te dice que ha pasado por eso, piensas que no te sientes tan solo en ese sentimiento.

Jaro: Hay mucha gente que tiene problemas dentro y no los suelta, eso es malísimo, incluso te puede acabar afectando a nivel celular. El psico afecta al soma. Pienso que todo el mundo debería escribir, aunque sea sin rimar, solo escribiendo. Por ejemplo, lo que he dicho antes, si tú escribes tus cosas y luego las lees es como un aprendizaje, porque en tu mente las cosas son muy complicadas, pero cuando las ves desde fuera, a veces no lo son tanto. Tenerlo dentro te va a volver loco, hay que soltarlo.

Además, está la dureza de grabar un disco y sacarlo a la calle en los tiempos que corren. ¿Os da la sensación de que a la gente le cuesta, cada vez más, pagar por un trabajo musical? Sea un concierto, un disco, o merchandising mismamente.

Jaro: La gente prefiere gastárselo en cualquier cosa, pero vamos, yo he sido así. Una vez que maduras y empiezas a entender que tu artista musical al que escuchas día a día tiene un trabajo, pierde su tiempo en grabar, en escribir, en ir al estudio, en masterizar, en poner dinero para una sala, en poner dinero para un disco, te das cuenta de que hay un trabajo que no está reconocido. Yo, como músico, no puedo odiar ningún tipo de música porque, aunque digan cuatro tonterías, ese artista está perdiendo su tiempo en todo el proceso que te he contado. Eso hay que respetarlo, hagas la música que hagas.

Hermi: Mi forma de pensar del arte, siempre ha sido gracias a la inculcación de mi padre en el mismo. El arte es una cosa que está hecha para todos pero que muy pocos entienden. Hay que apoyar los movimientos que te gustan. Eso de ser rapero, decir que escribes mejor que alguien y dejar de ir a un concierto porque uno es mejor que otro, no va conmigo. Vas al concierto, ves a los artistas y estás fomentando. El día de mañana el rap no me dará dinero, yo tendré que hacer mis cosas para tenerlo. Ojalá que nos vaya bien y podamos dedicarnos a ello. De hecho, se lo he dicho a Jaro, si el año que viene tenemos dinero, nos pegamos un año entero dedicado a la música. Pero la música no nos da dinero, entonces es un sacrificio. Yo no quiero que el arte se convierta en un sacrificio, quiero dedicarme a la música y eso muy poca gente lo entiende. Si yo voy a un museo, pago por entrar. Si voy a una biblioteca, pago por los libros que compre. Hay que fomentar el arte, pero desde la música hasta todas las vertientes. Y no creo que el rap esté muerto, ni que el arte esté muerto, ni que la gente se quiera gastar su dinero. Se están haciendo cosas muy bonitas, por lo menos en nuestra ciudad.

Aunque ya había escuchado algo de Hermi en solitario, hubo una pieza clave que me hizo escuchar vuestro disco. Sé que no se debe juzgar ningún producto cultural por su portada, pero en vuestro caso, me recordó muchísimo a una portada alternativa de Chales Bukowski del poemario Arder en el agua, ahogarse en el fuego. ¿Es una casualidad o Bukowski tiene una gran inspiración en vuestra forma de escribir?

Hermi: Bukowski tiene que ver con todo lo que hacemos (risas). Nos sentimos muy identificados con ese escritor, pero en realidad, la portada se la debemos a una amiga y compañera nuestra que se llama Sharon que estudia Bellas Artes. Escuchó un par de canciones nuestras y nos dijo que quería colaborar. El diseño me parece sencillo, natural, y la sutileza que le consiguió sacar fue genial. Nosotros en realidad no lo hicimos con esa intención, vimos lo que ella hizo y dijimos “chapeau”, ni un, pero, nada que objetar.

Es cierto que las letras cumplen con creces a lo largo de todos los temas y, en muchos momentos, se tornan muy poéticas. De todas formas, ¿os da algo de inquina que el público solo valore la letra en una canción y no el trabajo musical que hay detrás?

Jaro: Depende. Cuando nos pasaron la base de ‘Wanwun’, por ejemplo, y yo dije a Hermi que lo escuchara. Salió solo, la letra, yo por lo menos, la escribí con esa base porque es lo que me pedía. A mí cuando más me gusta escribir, cuando más inspirado estoy, es después de leer un libro o ver una película, después de empaparme de algo. Pero con ese tema sí, me acababa de leer El guardián entre el centeno y me salió sola.

Hermi: Hay una cosa que me gusta mucho de Jaro y creo que compartimos y es que hemos conseguido que la letra, sea letra pura. A mí no me importa rimar algo. En Salamanca cuando estuvimos, un chico me dijo que creía que estaba innovando porque no tenía necesidad de rimar, si lo tengo que decir, lo digo. La poesía antiguamente eran métrica AA, BB, CC, DD, etcétera, y hay un momento en que la libertad del arte te permite hacer lo que tú quieras. Yo no voy a dejar de decir algo porque no rime. Es cierto que, en el rap, o en la cultura musical en la que estamos, no está bien visto. Pero yo prefiero crear una sensación o un sentimiento a tener que regirme por patrones que en realidad no me representan. Y eso el otro día lo estuvimos hablando Jaro y yo, porque qué necesidad tengo yo de maquillar las palabras para decirlo. Jaro escribe como un borracho enfadado y dice las cosas muy directas, no maquilla, y eso es lo que hay que hacer. Es la sencillez que tiene Jaro, por eso me gusta tanto como escribe y rapea.

¿Entonces os molesta que el público tenga más en cuenta la música que la letra?

Jaro: Por lo menos nosotros, creo que las bases son el alma de nuestros temas.

Hermi: Tenemos detrás a Kariota, a Jayder, tenemos gente muy buena.

Jaro: Claro, son el cuerpo y eso mucha gente no lo aprecia. La gente quiere a Jaro y Sin-H, pero es que el grupo no somos solo nosotros, hay un equipo detrás: gente que nos graba, gente que nos produce y, encima, todo gratis. La base es el alma de nuestra música y no está tan valorado como debería. En los comentarios de Youtube, ves comentarios alabando las letras, pero solo hay uno que aplaude la labor de Kariota o de cualquier otro productor.

A mí, por poneros un ejemplo, me llena mucho más la guitarra de David Gilmour que muchas de las letras que tienen Pink Floyd.

Hermi: En El Blues de los Ahogados, se vino Manu de Jamones con Tacones a tocar el saxofón y primero hizo una cosa muy armónica, demasiado perfecto. Le dijimos que no queríamos eso, que queríamos que sintiera la música y la plasmara ahí. Se metió a hacerlo y salió llorando, nos comentó que había dicho cosas que no debería haber dicho, y ya ves, solo tocando el saxofón. Yo escribo, pero hay gente que toca o compone y tiene el mismo diálogo que yo con palabras. De hecho, es más complicado que te llegue una armonía que mi palabra. La música es más complicada que te llegue al corazón, es como el baile o cualquier otro tipo de interpretación del arte.

Además de canciones, ¿escribís poesía o algún otro género literario?

Hermi: Sí, los dos.

Jaro: Yo nunca lo había hecho. Empecé a hacerlo por él, me dijo que escribiera y ya está. Ahora mismo tengo cosas que nunca van a salir porque son cosas que escribo cuando llego del curro y estoy relajado y ahí se quedan. Sin ritmo y sin pretensión de decir que vaya a convertirlo en tema. Escribo sentimientos y ya está.

¿Dónde os sentís más cómodos entre el rap y la poesía?

Jaro: En la poesía eres más libre y más si no estás con pretensión de tener que hacerlo para mañana o sacar un videoclip en una semana. Escribes y punto.

Hermi: La poesía está hecha para mí y por mí. De hecho, hay cosas que tengo que, o las ha leído Jaro, o no las ha leído nadie. Es como el que está en el tren, le inspira algo y tiene que dibujarlo, pues esto igual. Lo que pasa que en la música te puedes refugiar, nosotros nos refugiamos en ella porque teniendo una base detrás, es más sencillo encajar las piezas ahí. En cambio, en la poesía, tú te enfrentas a la majestuosidad de la nada. Luego lo lees y claro, aprendes de lo que has hecho. Es mi terapia nocturna.

La opción poemario imagino que estará presente.

Hermi: ¿Sabes lo que pasa? Que no puedo matar lo que hago, porque creo que solo son cosas que las entiendo yo. Me pasa con la música que a veces escribo cosas que solo las entiendo yo, porque la gente le puede dar una interpretación, pero son solo cosas mías. A la hora de sacar algo siempre me siento sucio porque quiero que la gente lo entienda. En la poesía estoy yo solo y son mis pensamientos, mis cosas, no necesito la aprobación de nadie. A la hora de escribir yo puedo decir una cosa que para mí significa algo muy grande y tú puedes darle una interpretación, también valida porque te hace sentir, pero no quiero escribir un libro y que la gente lo compre. Me gustaría, pero no sería poesía, sería una novela o algo por el estilo.

¿Es El Blues de los Ahogados un punto y aparte para vuestra carrera en solitario o pensáis hacer más discos colaborando los dos? En otras palabras, ¿Ha nacido de este disco un nuevo grupo en la escena?

Jaro: Este disco fue oficialmente la consagración. Empezamos con ‘Nostalgia y Frío’ que planeamos que sea un disco eterno y cuando lleguemos a veinte vídeos, a lo mejor sacarlo en físico o cualquier historia así. Ahora, por ejemplo, Hermi está trabajando en un disco en solitario porque tiene que hacerlo sí o sí y yo también estoy con mis cosas, pero él y yo vamos a estar juntos, la gira la haremos juntos y los trabajos también en compañía.

Hermi: Nosotros no forzamos ninguna situación, porque ante todo somos amigos. Yo tengo mi música y mi arte, él su música y su arte, nos juntamos y hacemos el trabajo juntos. Yo no me veo en un escenario sin él, pero eso no significa que tengamos que clasificarnos y obligarnos a hacer todo en grupo.

Me comentabais que os sentís muy orgullosos de haber tocado en Madrid para 80-90 personas esta noche. Me ha recordado a una conversación que tuve con un grupo noruego de black metal hace poco y que me comentaron que se sentían mejor en una sala con pocas personas, que la idea de tocar en un estadio ante miles y miles de personas.

Hermi: Nosotros lo sentimos el otro día en Alicante, donde cantamos para 40 personas más o menos. Nosotros no tenemos fans, tenemos fieles. Si la gente viene a nuestros conciertos, es porque sienten cada letra que escribimos. Entonces queremos esa proximidad, el hablar con ellos y agradecerles uno a uno que hayan venido a vernos. A mí que me falle la voz y el público me conteste, esa sensación en un estadio, aunque no creo que toque alguna vez en uno, no es lo mismo. En una sala pequeña ves las caras de la gente, como se emocionan, ves como atienden a lo que estás diciendo y demás. Me gusta más una sala pequeña, un antro, que algo más grande.

Jaro: Yo pienso igual, prefiero una sala de 200-250 personas que algo más grande. Prefiero bajar del escenario y estar con la gente, hablando, con la alegría del momento. Lo prefiero siempre, una sala pequeña es lo mejor.