Exquisita, abandonada bailaste galana, a una caricia sin tacto. Tu útero – observé inquisitiva – cesó resistencia y fue ofrenda. Flaquita, ni limosna o mendiga, exquisita, la cerveza no en vano… La calle, el hogar.. ¡te ha alzado! el hurto...
Algunas brisas circulan en los cabellos, esencias de múltiples tiempos traen, fragmentos de universos que transitan, desde infinitos lugares sin retornos. Son imágenes como ciertos destellos, que aparecen sin más desde la nada, que se desplazan dejando estelas, como luciérnagas...
Hay una chica con astros en la boca besando los rojos párpados del suelo, desnuda, sin cuerpo y sin sangrados, un reflejo solitario, una caverna desahuciada. Los hombres pasan detrás de ella y se jactan de lo que no es...