¿De quién es la voz que me habla desde el lavabo?
¿Es una hormiga oxidada que se quedó atrapada
en la viscosidad del ducto?
Un sueño colgado en un armador sin forma de armador
Las venas de mis manos despedazadas:
soy la hormiga que habla desde el lavabo
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Soy el misterio que me observa con sus ojos grandes en la oscuridad.
Soy el miedo a las puertas siempre cerradas
No quiero abrir la puerta, no quiero abrir la puerta,
no quiero saber quién está del otro lado.
Al niño que baila sin pies también le asustan
los niños que bailan sin saber que no tienen pies.
A la hormiga que susurra en el lavabo también le asustan
los encierros que se escuchan desde todos los lavabos.
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Bailo con el grito reprimido porque el sueño quiso no poder más.
Soy el gris espanto que mira a través del umbral.
Me observa… Me observa.
Y no me quedo callada.
Y no me escondo.
Y no enciendo la luz.
Y no cierro los ojos.
Y los ojos no me cierran.
Y la luz no amortigua.
Y el quedarme quieta
no me hace sentir las manos tibias
de ningún alguien que sí existe.