William Eggleston, el fotógrafo que revolucionó la fotografía a color

William Eggleston nació en Memphis, Estados Unidos, en 1939, bajo el seno de una familia aristocrática. Fotografió en sus comienzos en blanco y negro de alta sensiblidad. Su proveniencia de una familia rica le permitió viajar y apuntarse a diferentes universidades sin terminar de graduarse en ninguna. Fue allí donde gracias a un amigo se interesó de nuevo por la fotografía, la cual había abandonado tras un primer intento en sus años adolescentes.

Su pasión por el medio se despertó gracias a Cartier Bresson y fotográfos de gran influencia por aquella época como Walker Evans o Robert Frank y su monumental libro ‘The Americans’, lo que le llevó a interesarse por la vida norteamericana y las paradojas e irracionales confluencias en un mundo saturado de imágenes e iconos del entretenimiento.

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William Eggleston, © Eggleston Artist Trust. Sin título, 1973.
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William Eggleston, © Eggleston Artist Trust. Sin título, 1973.

Las fotografías de Eggleston permanecen como escenas que no tienen fecha, se podría decir que son «reales» y a la vez simbólicas: el momento fotografiado habla de un mundo trivializado, banal, que no es más que una fantasía para el espectador. Cualquiera de sus imágenes conspira para ocultar la herencia, la cultura y la identidad de una nación. Pero en esta paradoja entre lo visible y lo invisible, rescata toda una amalgama de significaciones profundas; su potencialidad artística extralimita y descubre un tiempo y espacio más allá de la aparente superficie. No son, a pesar de que Eggleston lo declarase así, únicamente un objeto artístico, sino también un documento ordinario de la vida de la época -hablamos de los años 70.

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William Eggleston, ‘New Greenwood, Missisipi’ de su serie William Eggleston’s Guide,1976. © Eggleston Artist Trust.
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William Eggleston. Sin título. De su serue Dust Bells, Volume II, 1965-1968. © Eggleston Artist Trust.
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William Eggleston, ‘Sumner, Mississippi, Cassidy Bayou in Background’ de su serie William Eggleston’s Guide,1969. © Eggleston Artist Trust.
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William Eggleston. ‘Woman In Orange’, 1973. © Eggleston Artist Trust.

Si Eggleston recoge objetos y personas cotidianas y les otorga nuevos significados lo hace, principalmente, gracias al color. En los años 70 diferentes corrientes de la fotografía norteamericana empezaban a distanciarse de la idea de que las imágenes fotográficas debían ser en blanco y negro como medio de expresión objetivo de la realidad.

El color, a pesar de haber sido utilizado en los inicios de la fotografía, siempre había sido tachado de impostura, de una añadidura innecesaria para documentar los hechos. Sin embargo, algunos francotiradores calificados como New American Color –Stephen Shore, Richard Mischach, Joel Sternfeld, Joel Meyerowitz– pronto se dieron cuenta de que esa visión academicista y conservadora de la fotografía no tenía sentido ni lugar en el incipiente auge de la publicidad, los televisores y un mundo saturado de imágenes que aparecían ante sus ojos, precisamente, saturadas a color.

Eggleston fue el padre de todos ellos. Sus colores recreaban una realidad en apariencia casual e insignificante, pero revelaban las ocultas grietas que se escondían tras los objetos. A pesar de la importancia del color, Eggleston declaraba que no se debía ver este como la esencia de sus fotografías, sino uno de los múltiples puntos de apoyo en los que el espectador puede situarse a la hora de leer una instantánea. Esta mentalidad aparentemente contradictoria, pues fue él el que utilizó el color para distanciarse de la fotografía documental tradicional para dar valor artístico a sus imágenes, refleja muy bien la libertad y el inconformismo de un hombre venido de la aristocracia, y quizás por ello, vinculado en su trabajo -el nunca trabajó, nunca consideró la fotografía como un trabajo- a lugares ajenos al modo de vida aristocrático.

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William Eggleston, ‘Downtown Morton, Missisipi’ de su serie William Eggleston’s Guide,1976. © Eggleston Artist Trust.
Untitled, n.d., from Los Alamos, 1965-68 and 1972-74 (published 2003.) 1965-68 and 1972-74. Dye transfer print, 12 x 17 ¾ inches (30.5 x 45.1 cm.) Private collection. © Eggleston Artistic Trust, courtesy of Cheim & Read, New York.
William Eggleston. Sin título, de Los Alamos, 1965-68 y 1972-74. © Eggleston Artist Trust.

A pesar de ser un maestro del color, también daba muchísima importancia a la forma. Otro medio de ruptura con la composición fotográfica tradicional. Sus objetos por lo general eran colocados en el centro del encuadre, lo que suponía un añadido sobre el desinterés con los que estos se presentaban. En un primer vistazo parecen fotografías poco cuidadas, se diría incluso amateurs. Por supuesto no es así. Eggleston posee, como Hopper, al que se le pueden encontrar similitudes, un punto de vista iconográfico más que gráfico. Es la psique norteamericana extrapolada a múltiples referentes. Eggleston fotografía una bombilla, y para el espectador es una bombilla, no cabe duda, pero se convierte en una interpretación que él hace de esa bombilla a través de un drama personal donde entran en juego múltiples estudios, investigaciones e influencias.

No se arroja tanto a la realidad sino que la reconstruye con sus propios medios. Las lineas que cortan el encuadre: geométricas, horizontales; los pesos; las formas; la luz; la gama de colores… son utilizados por razones psicológicas. Eggleston hace personajes de todo lo que fotografía, cualquier cosa se convierte en un personaje: la pared, la ventana, un triciclo, coches, camiones, zapatos, teléfonos, carteles de cocacola… todos objetos que desde el momento en que son tomados por la mirada única del reconocido fotógrafo se despojan de su vulgar condición para formar parte del imaginario popular del siglo XX.

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William Eggleston, ‘Greenwood, Missisipi’, de su serie William Eggleston’s Guide, 1973. © Eggleston Artist Trust.
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William Eggleston, ‘Memphis’, de su serie William Eggleston’s Guide, 1976. © Eggleston Artist Trust.

El legado de Eggleston es inabarcable, se puede ver ya sea conscientemente o inconscientemente en los cientos de miles de fotografías tomadas a color de situaciones anodinas e intrascendentes que circulan por el inmenso mundo de internet. Y más concretamente, en los medios fotográficos y cinematográficos: Wenders -su película París, Texas emula a la perfección el uso del color de sus fotografías-, Gus Van Sant, Sofía Coppola, Jeff Wall, Martin Parr, David Byrne… son solo algunos de los artistas inspirados por el trabajo de uno de los fotógrafos más relevantes e importantes del último medio siglo.

Enlaces de interés:

Página oficial de William Eggleston 

http://oscarenfotos.com/2013/10/19/william-eggleston-y-su-mundo-de-color/

William Eggleston In the Real World. Directed by Michael Almereyda. 2005.